Él aleja nuestras rebeldías,
porque él sabe que estamos hechos de barro y flaqueza.
Él se acuerda de que solo somos polvo.
Que bendigan al Señor todos sus ángeles,
que lo alaben sus ministros.
Bendecidlo en todas sus magníficas acciones,
bendícelo tú, alma mía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma