Jesús aprendió de san José los textos sagrados y a respetar la Ley de Dios.
A su vez, Él también enseñó a su padre terrenal una sabiduría sobrenatural que dejaba a todos boquiabiertos (incluso al bueno de san José).
Todos los conocimientos y la ciencia de este mundo son como un grano de arena en la playa o una gota de agua en el océano, en comparación con la sabiduría divina.
San José no comprendía casi nada (igualico que nos sucede a nosotros) 😊, pero sometía su inteligencia a la voluntad de Dios, que siempre actúa para bien.
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