Dios mío, Tú siempre has tenido un especial cuidado de los humildes y enfermos, no sólo por sus heridas físicas, sino también por las espirituales.
Ayúdame a ser un imitador de tu obra, ser compasivo y misericordioso, pues es esencial para que mi proyecto mi vida se oriente en darte honra.
Tú siempre te has compadecido de tu pueblo, conmoviéndote de sus sufrimientos, sanándolos sin importar reglas absurdas de la sociedad.
Ven Señor, ayuda a que mi fe se demuestre con obras, que no sea pura decoración, que busque siempre el bien sin esperar algún beneficio.
Hazme entender que soy valioso y que me has capacitado con todo lo necesario para no darme por vencido en todas mis luchas.
Ayúdame a tener suficiente control de mis emociones para no permitir que nada ni nadie me robe la paz que necesito para poder practicar tu perdón.
Dame la oportunidad de sentirme amado y consolado por Ti, de comprender que todos somos hermanos y nos necesitamos los unos a los otros.
Confío plenamente en tu Poder, es por ello que, en este instante, pongo en tus manos todo lo que soy y todos los planes que tengo.
Amén
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