Señor mío, acudo hoy
a tu misericordia para que me llenes de tu paz que todo lo supera. Gracias por
tu paciencia y tu compasión, quiero amarte más siempre.
Ayúdame a desprenderme de ese miedo que me perturba y no me deja avanzar. Sé que me amas y quieres que yo sea santo como Tú lo eres.
Tú eres la fuente de la vida. Quiero estar atento a tu presencia, reconocerte en los más débiles, que quieres manifestarte en ellos por misericordia y amor.
Me reconozco pecador, que fallo continuamente y que me dejo llevar por malas emociones. No sabes cuánto me arrepiento por alojar esos malos deseos en mí.
Confío en que, por las gracias de tu Espíritu, me libre de todo mal y pueda ser un mensajero de tu amor, un verdadero discípulo que propicia la conversión.
Tú lo sabes todo Señor, tus Palabras es fuego y vida. Sabes cómo actuar en el corazón endurecido de los que te han vuelto la espalda. Ven y actúa en mi vida.
Vienes en mi defensa cuando el peligro me asecha. Aléjame de esos ambientes malsanos que no me favorecen ni me enriquecen y me llevan a la perdición.
No existe nadie tan grande como Tú. Que mi corazón siempre esté en actitud agradecida y confíe en tu providencia y en tu amor que todo lo sana.
Ayúdame a desprenderme de ese miedo que me perturba y no me deja avanzar. Sé que me amas y quieres que yo sea santo como Tú lo eres.
Tú eres la fuente de la vida. Quiero estar atento a tu presencia, reconocerte en los más débiles, que quieres manifestarte en ellos por misericordia y amor.
Me reconozco pecador, que fallo continuamente y que me dejo llevar por malas emociones. No sabes cuánto me arrepiento por alojar esos malos deseos en mí.
Confío en que, por las gracias de tu Espíritu, me libre de todo mal y pueda ser un mensajero de tu amor, un verdadero discípulo que propicia la conversión.
Tú lo sabes todo Señor, tus Palabras es fuego y vida. Sabes cómo actuar en el corazón endurecido de los que te han vuelto la espalda. Ven y actúa en mi vida.
Vienes en mi defensa cuando el peligro me asecha. Aléjame de esos ambientes malsanos que no me favorecen ni me enriquecen y me llevan a la perdición.
No existe nadie tan grande como Tú. Que mi corazón siempre esté en actitud agradecida y confíe en tu providencia y en tu amor que todo lo sana.
Amén
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