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El 8 de mayo, la Iglesia de Oriente celebra la sinaxis en honor de la ceniza o Santo “Maná” que producía la tumba del santo e ilustre apóstol y evangelista, el discípulo virgen y amado de Cristo, el amigo que se inclina sobre su pecho, al que le es confiada particularmente la Virgen María: Juan “el Teólogo”.Después de la muerte y el maravilloso entierro del santo apóstol Juan el Teólogo en Éfeso (que es celebrado el 26 de septiembre) su tumba fue encontrada vacía y se convirtió en una fuente de milagros. En particular, cada año, ese 8 de mayo aparecía súbitamente recubierta de una especie de ceniza, que los cristianos del lugar llamaron el “Maná”, que tenía la virtud de sanar a los enfermos del alma y del cuerpo a cualquiera que se ungiera con fe.Este milagro da a la Iglesia la ocasión de celebrar solemnemente una segunda vez, todos los años, al discípulo amado de Jesús, el querido hijo de la Madre de Dios.
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