Para que conozcamos el
amor de Dios
y, conociéndolo,
seamos otros niños regalándolo.
Para que, en la
santidad de un Niño,
descubramos que, vivir
en la verdad,
será un camino para
llegarnos hasta el Padre.
¡Y vuelve, el Señor!
No es sombra de Dios.
No es sólo un espejo
donde se refleja el Padre.
Jesús, siendo pequeño,
comienza a ser, por
Navidad,
Camino, que lleva a la
felicidad,
Verdad, que deja al
descubierto la mentira,
Vida, que destruye el
reinado de la muerte.
¡Y vuelve, el Señor!
Con pocas palabras, Él
es la Palabra.
Con silencio, su
presencia lo dice todo.
Con pobreza, Él es la
riqueza.
En medio del frío, Él
es llama que da calor
¡Y vuelve, el Señor!
Por eso, tal vez en
Belén tocan a fuego.
Porque, del Portal,
sale fuego divino.
Arde el amor de Dios
y, no siempre,
es correspondido por
el afecto humano.
¡Y vuelve, el Señor!
Porque, Dios, cuando
Él quiere y como quiere
sale, brinca, salta y
nace….
para que no olvidemos
su amor.
¡Y vuelve, el Señor!
¡Por eso es Navidad!
P. Javier Leoz
El Señor siempre vuelve y esa es nuestra fuerza en la lucha.
ResponderEliminarCon algo de retraso, querida Magda, te deseo una Feliz y Santa Navidad. y ya un próximo Año lleno de dios y su bendición.
Un beso con mi cariño