Mensaje de confianza
Simplemente quiero dirigirme a las almas inquietas, que se
encuentran con tanta frecuencia. Les mostraré, con el Evangelio en la mano, la
inconsistencia de sus temores. Ni la gravedad de sus faltas, ni la multiplicidad
de sus recaídas, ni sus tentaciones las deben abatir. Muy por el contrario,
cuanto más sientan el peso de la propia miseria, tanto más deben apoyarse en
Dios. ¡No pierdan la confianza! Sea cual fuere el horror de su estado, aunque
hayan llevado durante mucho tiempo una vida desarreglada, con el socorro de la
gracia podrán convertirse y elevarse a una alta
perfección.
(De "El
Libro de la Confianza", P. Raymond de Thomas
de Saint Laurent)
Comentario:
Hay que avisarles a los pecadores que a
Dios lo hiere más la desconfianza del alma, que el mismo pecado. Porque eso nos
pasa a todos, que a veces creemos, o mejor dicho el diablo nos hace creer, que
Dios no nos perdona porque hemos cometido, o seguimos cometiendo, pecados muy
graves, imperdonables.
Pero ya Jesús Misericordioso le confiesa a
Santa Faustina Kowalska que lo que más hiere su Corazón divino es la
desconfianza del alma, es decir, que no se crea en Su Bondad
infinita.
Muchas personas creen en Dios, y saben que
es Justo; pero les cuesta creer que Él es la misma Bondad. También los demonios
creen de este modo, pues saben que Dios es justo, pero no creen en que Él es
Bueno.
¡Qué lejos estamos de conocer realmente a
Dios!
¿Y todas las desgracias y males que
sufrimos en nosotros mismos, las injusticias que tal vez padecemos en la familia
o en el mundo, y todo el mal que hay en la vida? Si Dios es bueno, ¿por qué
permite todo ese mal?
Hay que saber que el demonio existe, y es
el causante de todo el mal que hay en el mundo. Dios no ha querido coartar su
libertad, porque es un don que le dio a los ángeles y luego los que se
convirtieron en rebeldes, en demonios, siguen teniendo esa libertad que Dios les
concedió.
Pero tenemos que saber que si Dios les
permite actuar a los diablos, es porque Él, con todo su poder, puede sacar el
bien, de todo el mal que hacen los espíritus de las tinieblas.
Así como de un cuerpo en descomposición,
se genera la vida y sirve como abono a la tierra; así también Dios, con su
Omnipotencia sabe hacer que los demonios, seres en perenne descomposición
espiritual, con su actuar malvado, no hagan otra cosa que servir a los planes de
Dios.
Pero debemos rezar mucho para que Dios nos
cuide y no permita que el demonio nos venza en la prueba. Tenemos que recordar
el libro de Job en la Biblia, y saber que si Dios permite algún mal en nuestra
vida, es por amor, porque Dios todo lo que hace o permite, es siempre, siempre,
siempre, por amor.
Si confiamos de esta manera en Dios,
entonces seremos como ese hombre que mueve montañas por su gran fe y confianza
en el Señor.
Fuente: www.santisimavirgen.com.ar
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