Los Padres de la Iglesia nos iluminan
“(...) El Señor quiere encontrar una senda por donde pueda entrar en sus corazones y caminar por ellos. Prepárenle este camino del que se ha dicho: tracen una calzada recta. La voz clama: En el desierto abran camino (Is 40,3). Esta voz llega primeramente a los oídos y luego con ella la palabra penetra el entendimiento. En este sentido fue Cristo anunciado por Juan.
Veamos pues lo que anuncia la voz a propósito de la Palabra. Abran, dice la voz, un camino al Señor (Is 40,3). ¿Qué camino vamos a abrirle al Señor? ¿Es un camino material? Pero, ¿acaso la Palabra de Dios puede servirse de tal camino? ¿No sería necesario más bien preparar al Señor un camino interior y trazar en nuestro corazón sendas derechas y seguidas? Sí, ese es el camino por el cual entra la Palabra de Dios para instalarse en el corazón humano capaz de recibirla.
¡Qué grande es el corazón del hombre! ¡Qué anchura y qué capacidad, con tal que sea puro! (...)
(...) Prepara un camino al Señor por medio de una buen conciencia, allana la senda para que la Palabra de Dios marche por ti sin tropiezos y te conceda el conocimiento de sus misterios y de su venida”.
P. Max Alexander
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