Hoy parece raro hablar de la pureza en este mundo que está corrompido por el pecado de la impureza, por la lujuria que arrastra a la humanidad entera hacia el abismo. Por eso tenemos que pensar en María, la Virgen Purísima, e invocarla si queremos guardar intacta nuestra pureza y conservarla y defenderla de los enemigos del alma.
Pensemos que María es solo inferior a Dios, y que esto nos diga todo, porque no hay criatura superior a la Virgen, y hasta los ángeles más puros y eminentes, son una nada con respecto a María.
Si queremos tener a María por amiga, tenemos que esmerarnos en guardar la pureza de mente, cuerpo y alma, porque la Pureza se deleita en tener amistad con los puros.
Pero no nos desalentemos si a veces hemos caído, porque María es la Pura, pero también es la Compasiva y el refugio de los pecadores, y Ella, pasando su mano virginal sobre nosotros, nos devuelve la prístina pureza si la hemos perdido.
Si Jesús ha dicho en el Evangelio que son bienaventurados los puros de corazón porque verán a Dios, y lo entenderán y comprenderán las cosas espirituales; ¡cuánto más María, que es la Purísima, habrá comprendido y entendido las cosas de Dios! Por eso dice el Evangelio que María guardaba y meditaba todas las cosas en su Corazón, que era puro y perfecto.
¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
Fuente:Consagración a María
Imagen:Internet
Un canto de nuestra liturgia dice así
ResponderEliminarte vengo a pedir oh, Madre de Dios
que ruegues por mí, a nuestro Señor...
Yo quiero crecer en fe y oración
yo quiero vivir la vida de Dios...
Te vengo a pedir por tu intercesión
amar como tu, llevar a Jesús en mi corazón!
Me gustó el post Magda.
Un beso