𝐅𝐔𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐕𝐈𝐕𝐀 𝐃𝐄 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐍𝐙𝐀 𝐘 𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐂𝐈Ó𝐍.

¡Oh Sangre y Agua que brotaste
del Corazón de Jesús,
como fuente de Misericordia
para nosotros, en Ti confío.

Manantial que nunca se agota,
bálsamo divino para el alma herida,
esperanza para el pecador, consuelo
para el que sufre. Me postro ante Ti,
Oh Jesús, y me sumerjo en ese río
de gracia que fluye desde
Tu Corazón traspasado.

Lava mis culpas, renueva mi fe,
fortalece mi confianza.
Que nunca me aparte de Ti,
fuente de vida y de amor. Te
pertenezco, Señor, y deseo vivir
abandonado en la ternura de Tu
Misericordia.

¡Oh Mi Buen Jesús Misericordioso,
Rey de Misericordia, confío en Ti
y solo en Ti espero!
𝐀𝐌é𝐍

Jesús en Tí confío!