Lectura del Evangelio Lucas 11:27-28
Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo:¡Feliz el vientre que te llevo y los pechos que te amamantaron!Jesús le respondió: "Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".
Reflexión sobre el cuadro
Dos mujeres ocupan un lugar central en la breve lectura del Evangelio de hoy. Una de ellas está claramente impresionada por Jesús, declarando que su madre es bienaventurada. Jesús responde a estas hermosas palabras: "Sí, mi madre es bienaventurada, pero lo es sobre todo porque ha escuchado la palabra de Dios, la ha aceptado y la guarda". Y eso es lo que se nos pide a nosotros también hoy.
Cada vez que rezamos el Ave María, le pedimos que "ruegue por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte". Le pedimos así que nos ayude a abrir nuestro corazón y nuestra vida a la llamada de la palabra de Dios y a responder con la misma generosidad que ella.
Por eso, en la imagen de hoy nos unimos simplemente a la intimidad entre María y Jesús; una madre y su hijo. Este panel de Rogier van der Weyden de 1433. Vemos una suave luz que entra por la derecha, proyectando una sombra en el nicho donde ambos están sentados. María lleva una corona con gemas. El cuadro presta mucha atención a la más pequeña de las tallas de piedra caliza. A un lado del edículo (nicho arquitectónico) crece un lirio que representa el dolor de la Virgen en la Pasión y al otro lado hay una columbina, que recuerda los dolores de la Virgen. Fíjese en la parte superior de nuestro cuadro, en el dintel, que representa seis escenas neotestamentarias de la vida de la Virgen: de izquierda a derecha son la Anunciación, la Visitación, la Natividad, la Adoración de los Magos, la Resurrección y Pentecostés. Las esculturas más pequeñas, situadas más abajo, representan algunas de las figuras del Antiguo Testamento, como David, segundo a la izquierda, que sostiene el arpa. En el lado opuesto, las figuras exteriores se cree que son los profetas Zacarías e Isaías.
La Virgen y el Niño entronizados,
Pintado por Rogier van der Weyden (1399-1464),
Pintado en 1433,
Óleo sobre tabla
© Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid
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