Para apoyarte en aquello que, para el mundo
y para nosotros, Tú tienes pensado.
Y trabajar, sin desmayo ni tregua,
para que muchos o algunos encuentren su felicidad en Ti.
Contigo, Señor, mis primeros pasos.
Porque, cuando me dices “sígueme”,
siento que, todavía, no te conozco lo suficientemente.
Que, soy cristiano sin saber lo que significa
y que me da miedo seguirte por lo que ello implica.
Contigo, Señor, mis primeros pasos.
Porque, cada día, nos das una oportunidad para seguirte.
Una hora en la que decir “sí” o un “no”.
Porque, siendo jóvenes, mayores o ancianos,
Tú pasas por la orilla de nuestra vida
pidiendo algo tan grande, como personas
que crean, esperen y te amén a Ti, Señor.
¿Daré mis primeros pasos, Señor?
¿Dejaré algo por Ti?
¿Haré algo por tu Reino?
¿Sacaré mis excusas para quedarme sentado en lo mío?
¿Cómo dar mis primeros pasos, Señor?
¡Ah! ¡Ya lo sé, Señor!
Dejando que Tú, conviertas todo lo que en mí, Señor,
está un tanto desorientado y pervertido.
¡Gracias, Señor!
P. Javier Leoz
Animados pues por lo mucho que nos quiere el Señor, comenzaremos a dar nuestros primeros pasos de agradecimiento y entrega Él y a los hermanos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Magda, andamos de cierto con él , a pasitos y cuando nos ve rezagados , nos toma con sus manos y bien sabemos que con su amor todo lo podemos.
ResponderEliminarUn abrazo