Los santos han dicho cosas admirables de esta ciudad Santa de Dios. Y, según ellos mismo testifican, nunca han estado tan elocuentes ni se han sentido tan felices como al hablar de Ella. Todos a una proclaman que:
la altura de sus méritos, elevados por Ella hasta el trono de la Divinidad, es inaccesible;
la grandeza de su poder, que se extiende hasta sobre el mismo dios, es incomprensible.
Y, en fin, la profundidad de su humildad y de todas sus virtudes y gracias es un abismo insondable.
¡Oh altura incomprensible! ¡Oh anchura inefable! ¡Oh grandeza sin medida! ¡Oh abismo impenetrable!
la altura de sus méritos, elevados por Ella hasta el trono de la Divinidad, es inaccesible;
la grandeza de su poder, que se extiende hasta sobre el mismo dios, es incomprensible.
Y, en fin, la profundidad de su humildad y de todas sus virtudes y gracias es un abismo insondable.
¡Oh altura incomprensible! ¡Oh anchura inefable! ¡Oh grandeza sin medida! ¡Oh abismo impenetrable!
San Luis-María Grignion de Montfort
Tratado de la Verdadera Devoción a la Santa Virgen n°7
Ay, hermanita, que estamos en las mismas tú y yo. ¡Qué alegría! Un abrazo bien fuerte.
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