miércoles, 28 de julio de 2010
Familia: lo único bueno cuando todo sale mal
Nada mejor que cuando alguien, sin tener otro interés que tu felicidad, te hace sentir querido, te hace sentir que está ahí para ti y te dice con toda la sinceridad posible: "cuenta conmigo".
Cuando todo parece complicarse, cuando por más intentos por resolver las cosas algo parece estar jalando al otro lado de nuestros esfuerzos y todo vuelve a salir mal, las personas en quienes más se confía de repente resultan ser las que más daño causaron.
El trabajo se complica; mal entendidos, imprecisiones; la cuenta del banco está en una angustiante crisis; comprar comida, pagar deudas, más deudas, necesidad de esparcimiento… no, no… mejor no… no hay dinero…
Hablarle a un amigo, hay que conversar… pero ¿a quién? Todos están en las mismas: trabajando, corriendo atendiendo sus propios compromisos, y los otros, pues no eran tan amigos…
Pero ahí siguen los sueños, los anhelos, las metas aún se pueden ver a pesar de la neblina que imponen las dificultades, pero a pesar de eso hay un sentimiento de tristeza y cansancio… las fuerzas parecen disminuir notablemente… y de pronto surge una gran necesidad de consuelo, una palabra, una mirada, un abrazo… que alguien diga “ánimo, sí vale la pena, tú puedes”…
Se llega a casa totalmente fatigado, con la mente aturdida, oír sin escuchar, ver sin atender, la cabeza y el ánimo pausados…
Pero entonces, una sonrisa, una palabra de bienvenida, abrazos, ¡es que en tu casa no te vieron en todo el día! no saben todo lo que te pasó. Preguntas, intriga, entusiasmo por saber de ti y a la vez que tú sepas lo que a ellos les sucedió. Pero después eso no importa, es sólo un pretexto porque en ese momento ya no hay nada más, ni tareas ni pendientes, sólo estar ahí.
Luego, ellos, quienes más te aman, quienes en verdad te aman, fijan sus ojos en los tuyos y con la sola mirada, con sólo ponerse frente a ti saben que algo te sucedió. Y sin necesidad de explicaciones y sin que lo solicites con palabras, eso que tanto necesitabas durante todo el día, ahí siempre estuvo, esa palabra que sólo puede venir de quien con total sinceridad se preocupa por ti y sin dudarlo te dice: “aquí estoy y siempre puedes contar conmigo".
Eso sólo lo encuentras en la familia. Después de esas palabras, resulta fácil volverse a levantar al día siguiente y con mayor alegría, ahora con la confianza y el respaldo de ellos con quienes todo se ve mejor y es más fácil. Porque cuentas con ellos y ellos contigo. Y después de un fatídico día sabes que podrías continuar solo, pero es mucho más fácil y beneficioso si ellos están ahí. Tu familia
Escrito por Vania Rodríguez Carpio
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