jueves, 28 de octubre de 2010
lunes, 25 de octubre de 2010
LAS CONTRADICCIONES QUE NOS DAÑAN
Lo que en realidad nos debe preocupar a los cristianos católicos, no es la proliferación de las sectas, sino tener las bases para defender la fe auténtica.
Si bien es cierto hoy en día que la religión católica es la que reune el mayor número de creyentes, también es cierto, que muchos de los mismos, se preocupan más por los bienes materiales, por sus intereses personales, por los beneficios económicos, por lo temporal y lo externo. Muchos de los que nos decimos católicos, por falta de una verdadera evangelización, por falta de conocimientos, nos hemos convertidos en idolatras. Hemos hecho de la cultura de la muerte nuestro conjunto trinitario, al que le dedicamos todo el tiempo posible y nuestro mayor esfuerzo: Dinero, placer y poder. Dios y sus mandamientos, su misericordia, su amor, el prójimo ni nos preocupa, nuestro futuro espiritual es lo de menos!
Por supuesto que no todas las cosas son iguales, pero son casi iguales, pero desgraciadamente una mayoría, y lo podemos constatar, por falta de evangelizadores (gente comprometida a dar a conocer y llevar la palabra de Dios a sus hermanos - con su ejemplo - principalmente) o por falta de voluntad e interés por conocer, verdaderamente nuestra religión nosotros mismo con nuestra apatía, indiferencia y comodismo hemos caído en una mescolanza, un poquito de todo, "al fin que no le hace daño a nadie" hemos llevado nuestra religiosidad y con nuestro ejemplo hemos llevado a otros a resolver fe con magia, supersticiones, santerismo y algunas otras creencias (sincretismo),
Nuestros deberes cristianos: lo que debemos creer (Creedo-12), lo que debemos recibir (Los sacramentos - 7) lo que debemos pedir ( Padre Nuestro -7) y lo que debemos cumplir (10mandamientos) los tenemos en completo abandono y olvido. Cumplir es sinónimo de practicar y practicar es sinónimo de vivir. No basta con creer hay que practicar.
No nos servimos del dinero, como debe ser (lo hemos convertido en un fin y no es un medio), sino nos hemos vuelto servidores de el, convirtiéndolo en un ídolo a quien debemos servir. El placer, el hedonismo nos ha llevado a centrar toda nuestra actividad en el sexo (pansexualismo) Y el poder nos obsesiona para dominar a los demás. Nos inunda el materialismo que trae consigo la corrupción .
Parte de lo escrito en Revista Católica por Francisco Mario Morales
Fuente: Catholic.net
Si bien es cierto hoy en día que la religión católica es la que reune el mayor número de creyentes, también es cierto, que muchos de los mismos, se preocupan más por los bienes materiales, por sus intereses personales, por los beneficios económicos, por lo temporal y lo externo. Muchos de los que nos decimos católicos, por falta de una verdadera evangelización, por falta de conocimientos, nos hemos convertidos en idolatras. Hemos hecho de la cultura de la muerte nuestro conjunto trinitario, al que le dedicamos todo el tiempo posible y nuestro mayor esfuerzo: Dinero, placer y poder. Dios y sus mandamientos, su misericordia, su amor, el prójimo ni nos preocupa, nuestro futuro espiritual es lo de menos!
Por supuesto que no todas las cosas son iguales, pero son casi iguales, pero desgraciadamente una mayoría, y lo podemos constatar, por falta de evangelizadores (gente comprometida a dar a conocer y llevar la palabra de Dios a sus hermanos - con su ejemplo - principalmente) o por falta de voluntad e interés por conocer, verdaderamente nuestra religión nosotros mismo con nuestra apatía, indiferencia y comodismo hemos caído en una mescolanza, un poquito de todo, "al fin que no le hace daño a nadie" hemos llevado nuestra religiosidad y con nuestro ejemplo hemos llevado a otros a resolver fe con magia, supersticiones, santerismo y algunas otras creencias (sincretismo),
Nuestros deberes cristianos: lo que debemos creer (Creedo-12), lo que debemos recibir (Los sacramentos - 7) lo que debemos pedir ( Padre Nuestro -7) y lo que debemos cumplir (10mandamientos) los tenemos en completo abandono y olvido. Cumplir es sinónimo de practicar y practicar es sinónimo de vivir. No basta con creer hay que practicar.
No nos servimos del dinero, como debe ser (lo hemos convertido en un fin y no es un medio), sino nos hemos vuelto servidores de el, convirtiéndolo en un ídolo a quien debemos servir. El placer, el hedonismo nos ha llevado a centrar toda nuestra actividad en el sexo (pansexualismo) Y el poder nos obsesiona para dominar a los demás. Nos inunda el materialismo que trae consigo la corrupción .
Parte de lo escrito en Revista Católica por Francisco Mario Morales
Fuente: Catholic.net
miércoles, 20 de octubre de 2010
El equilibrio no está de moda
Pareciera que nos han impuesto vivir con angustias, tensos, siempre como explotando | |||
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martes, 19 de octubre de 2010
ES BUENO SABER
Es bueno saber que hay hombres de ciencia, pero es mejor que seamos hombres y mujeres de conciencia.
Es bueno saber lo que tenemos que hacer, pero es mejor hacer lo que debemos hacer.
Es bueno hacer planes y fijarse un propósito, pero es mejor llevarlos a cabo.
Es bueno desear el éxito pero es mejor realizar las cosas necesarias para lograrlo.
Es bueno hacer promesas, pero es mejor cumplirlas.
Es bueno tener dignidad, pero es mejor no pisar la de otros.
Es bueno tenerlo todo, pero es mejor compartir con el que no tiene nada.
Es bueno saberse amado y comprendido, pero es mejor amar y comprender.
Es bueno procurar no fracasar, pero es mejor ayudar al fracasado.
Es bueno buscar la verdad, pero es mejor hablar siempre con ella.
Es bueno tener fe, pero es mejor sembrarla en los que aún no conocen a Dios. Pero hazlo ya, porque el tiempo pasa!!!!
FUENTE: Valores, Encuentra.com
IMAGEN: http://blog.espol.edu.ec/lpleon/
Regresar al camino
El agradecimiento implica regresar al buen camino de la vida.
Autor: Ignacio Buisán, L.C. | Fuente: Virtudes y Valores
“Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias”.
Dice el refrán que “es de bien nacidos el ser agradecidos”. Sin embargo, el episodio de los diez leprosos que encontramos en el Evangelio, nos muestra y nos revela que la gratitud es, más bien, una virtud rara, una virtud exótica, algo parecido a esas flores curiosas que brotan en medio de la nieve o en los lugares más insospechados de la tierra.
Nos cuesta ser agradecidos. Pero ¿por qué? ¿Cuál puede ser la razón de esa dificultad? Tal vez porque en el fondo “dar las gracias” implica regresar un camino; algo que no siempre estamos dispuestos a hacer: “Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó...”
Esos hombres, los diez, estaban desahuciados, eran unos muertos en vida, comidos por la enfermedad y por la soledad, señalados por la sociedad, proscritos, relegados, rotos por dentro y por fuera. Esos hombres pasaron en un instante a recuperar, de golpe, toda su dignidad, toda su salud, todo su cuerpo. Debió ser algo impresionante, inesperado, impactante. El único detalle en contra es que Jesús lo hizo gratis. A Jesús no le debían mil millones de dólares, ni una comisión, ni siquiera un regalo de agradecimiento. Lo único que les ataba a la persona que les había curado era su capacidad de agradecer; pero eso implicaba regresar por el mismo camino, tal vez perder un poco de tiempo, y reconocer el favor. Algo que sólo uno estuvo dispuesto a hacer.
“Regresar el camino” y dar las gracias no siempre y no todos estamos dispuestos a hacerlo. Somos mucho más agradecidos con el doctor, con el psicólogo o con el nutriólogo, que nos recibe en su consulta, reloj en mano, y nos receta un medicamento, una dieta o una terapia, que con el confesor que desde el confesionario nos absuelve, sin dinero de por medio, y nos limpia de la lepra del pecado. Somos más agradecidos con el funcionario o con el político que nos hace algún favor, a cambio de una significativa comisión, que con nuestros papás, que con esfuerzo y con sacrificio han gastado y han dado su vida para sacar adelante la nuestra.
¿Y con Dios? con Dios, más que agradecidos somos exigentes y muchas veces injustos. Le exigimos curaciones, le exigimos milagros, le exigimos que tengamos suerte, le exigimos que encontremos un buen trabajo, le exigimos que nos vaya siempre bien en la vida, le exigimos que no nos pase nada ni a nosotros ni a los nuestros, le exigimos que no nos falte el dinero, que nuestros hijos tengan éxito en la vida.... Exigimos, exigimos, exigimos y si no nos cumple renegamos, nos alejamos o dudamos de él haciéndolo culpable de todo lo que nos pasa.
Parece mentira, y es triste, que no nos hayamos dado cuenta de que Dios ya hizo el gran milagro, de que él ya cumplió con su parte. Él nos ha dado lo más importante: la existencia y su amor; su vida y su muerte; su cuerpo y su sangre; la resurrección y la vida eterna. A nosotros es a quienes nos corresponde, ahora, recorrer el camino. El problema es si estamos dispuestos a regresar, de vez en cuando, ese camino, para corresponder con nuestra capacidad de agradecer.
Diez leprosos fueron curados de su enfermedad. Los diez se beneficiaron del milagro, pero sólo uno regresó el camino para dar las gracias. Ese leproso, además del milagro de su curación corporal, escuchó palabras no menos misteriosas e impresionantes, que sin duda marcaron el resto de su existencia: “Levántate y vete, tu fe te ha salvado”.
Cada domingo tenemos la oportunidad de “regresar el camino” para dar gracias a Dios. La palabra “Eucaristía”, significa “acción de gracias”. Sólo por ese motivo ya sería algo grande ir a Misa. Sorprende y entristece ver la facilidad con que dejamos de hacerlo, a veces por flojera, otras veces porque la prisa de la vida, que también se hace presente los fines de semana, nos hace ver ese “dar gracias” como una pérdida de tiempo. Con toda razón, el Papa Juan Pablo II advertía al inicio del tercer milenio a todos los creyentes que “la Eucaristía dominical, congregando semanalmente a los cristianos como familia de Dios en torno a la mesa de la Palabra y del Pan de vida, es también el antídoto más natural contra la dispersión”. No hacerlo, no es sólo signo de ingratitud, sino también signo de despiste existencial. Ser agradecidos no cuesta dinero, es gratis; tal vez eso es lo malo, porque todo lo gratuito corre el riesgo de no ser valorado. Es cierto que no cuesta dinero en esta vida, pero tendrá su peso cuando en la otra oigamos: “¿No fueron diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve?”
¡Vence el mal con el bien!Dice el refrán que “es de bien nacidos el ser agradecidos”. Sin embargo, el episodio de los diez leprosos que encontramos en el Evangelio, nos muestra y nos revela que la gratitud es, más bien, una virtud rara, una virtud exótica, algo parecido a esas flores curiosas que brotan en medio de la nieve o en los lugares más insospechados de la tierra.
Nos cuesta ser agradecidos. Pero ¿por qué? ¿Cuál puede ser la razón de esa dificultad? Tal vez porque en el fondo “dar las gracias” implica regresar un camino; algo que no siempre estamos dispuestos a hacer: “Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó...”
Esos hombres, los diez, estaban desahuciados, eran unos muertos en vida, comidos por la enfermedad y por la soledad, señalados por la sociedad, proscritos, relegados, rotos por dentro y por fuera. Esos hombres pasaron en un instante a recuperar, de golpe, toda su dignidad, toda su salud, todo su cuerpo. Debió ser algo impresionante, inesperado, impactante. El único detalle en contra es que Jesús lo hizo gratis. A Jesús no le debían mil millones de dólares, ni una comisión, ni siquiera un regalo de agradecimiento. Lo único que les ataba a la persona que les había curado era su capacidad de agradecer; pero eso implicaba regresar por el mismo camino, tal vez perder un poco de tiempo, y reconocer el favor. Algo que sólo uno estuvo dispuesto a hacer.
“Regresar el camino” y dar las gracias no siempre y no todos estamos dispuestos a hacerlo. Somos mucho más agradecidos con el doctor, con el psicólogo o con el nutriólogo, que nos recibe en su consulta, reloj en mano, y nos receta un medicamento, una dieta o una terapia, que con el confesor que desde el confesionario nos absuelve, sin dinero de por medio, y nos limpia de la lepra del pecado. Somos más agradecidos con el funcionario o con el político que nos hace algún favor, a cambio de una significativa comisión, que con nuestros papás, que con esfuerzo y con sacrificio han gastado y han dado su vida para sacar adelante la nuestra.
¿Y con Dios? con Dios, más que agradecidos somos exigentes y muchas veces injustos. Le exigimos curaciones, le exigimos milagros, le exigimos que tengamos suerte, le exigimos que encontremos un buen trabajo, le exigimos que nos vaya siempre bien en la vida, le exigimos que no nos pase nada ni a nosotros ni a los nuestros, le exigimos que no nos falte el dinero, que nuestros hijos tengan éxito en la vida.... Exigimos, exigimos, exigimos y si no nos cumple renegamos, nos alejamos o dudamos de él haciéndolo culpable de todo lo que nos pasa.
Parece mentira, y es triste, que no nos hayamos dado cuenta de que Dios ya hizo el gran milagro, de que él ya cumplió con su parte. Él nos ha dado lo más importante: la existencia y su amor; su vida y su muerte; su cuerpo y su sangre; la resurrección y la vida eterna. A nosotros es a quienes nos corresponde, ahora, recorrer el camino. El problema es si estamos dispuestos a regresar, de vez en cuando, ese camino, para corresponder con nuestra capacidad de agradecer.
Diez leprosos fueron curados de su enfermedad. Los diez se beneficiaron del milagro, pero sólo uno regresó el camino para dar las gracias. Ese leproso, además del milagro de su curación corporal, escuchó palabras no menos misteriosas e impresionantes, que sin duda marcaron el resto de su existencia: “Levántate y vete, tu fe te ha salvado”.
Cada domingo tenemos la oportunidad de “regresar el camino” para dar gracias a Dios. La palabra “Eucaristía”, significa “acción de gracias”. Sólo por ese motivo ya sería algo grande ir a Misa. Sorprende y entristece ver la facilidad con que dejamos de hacerlo, a veces por flojera, otras veces porque la prisa de la vida, que también se hace presente los fines de semana, nos hace ver ese “dar gracias” como una pérdida de tiempo. Con toda razón, el Papa Juan Pablo II advertía al inicio del tercer milenio a todos los creyentes que “la Eucaristía dominical, congregando semanalmente a los cristianos como familia de Dios en torno a la mesa de la Palabra y del Pan de vida, es también el antídoto más natural contra la dispersión”. No hacerlo, no es sólo signo de ingratitud, sino también signo de despiste existencial. Ser agradecidos no cuesta dinero, es gratis; tal vez eso es lo malo, porque todo lo gratuito corre el riesgo de no ser valorado. Es cierto que no cuesta dinero en esta vida, pero tendrá su peso cuando en la otra oigamos: “¿No fueron diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve?”
Autor: Ignacio Buisán, L.C. | Fuente: Virtudes y Valores
lunes, 18 de octubre de 2010
Oración a la Virgen de Schoenstatt
Querida Madre y Reina: Vengo a tu Santuario a buscar el silencio que afuera en el mundo lleno de ruidos , no es facil encontrar.
En mi ambiente muchas veces se vive la intranquilidad y en mi familia no siempre se vive la alegría, por eso a veces la vida se me hace dificil.
Hoy junto a Ti, quiero encontrar la paz; quisiera silenciar mi corazón ya que muchas veces no puedo rezar porque mi alma no puede descansar en Ti.
Ahora no sé que decirte pues mi corazón está lleno de tantas cosas...deseo renovarme interiormente en tu presencia, aquí ante tu trono, ante tu Hijo vivo y presente en el Sagrario. Con mucha esperanza he venido a tu Santuario, quisiera quedarme aquí espiritualmente para siempre y recibir con el corazón abierto todo lo que tú me tienes preparado.
Madre, al mirar tu imagen, descubro que tu me miras como si hubieras estado esperándome. Yo sé que quieres ser mi madre; Cristo tu Hijo te dio esta gran misión desde la cruz cuando dijo a Juan: "He aquí a tu Madre". Y Tú me aceptas tal cual soy; con todo lo que me preocupa y alegra, con mis deseos y necesidades, con mis talentos y miserias y en tu corazón encuentro hogar, seguridad y paz.
Allí me siento cobijado. Madre, escribe mi nombre en tu corazón y no lo borres jamás; desde allí enséñame el arte de descubrir el amor Misericordioso del Padre en todas las circunstancias de mi vida. Edúcame para que siempre pueda dar un sí dispuesto a la voluntad de Dios. Transforma mi pequeño corazón, dame la fortaleza en el dolor, paciencia y valor en las adversidades de la vida y dame la gracia que me impulse a colaborar en la construcción del Reino de Dios en mi ambiente.
Por eso hoy me entrego a Ti:
Oh Señora mía. Oh Madre mía, yo me ofrezco todo a Ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día: mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra todo mi ser; ya que soy todo tuyo oh Madre de bondad, guárdame, defiéndeme y utilízame como instrumento y posesión tuya. Amén.
jueves, 14 de octubre de 2010
La Santa de la naturalidad sobrenatural.
Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia (1515-1583)
"Mujer de inteligencia peregrina y corazón sublime de cristiana, fue más divina cuanto más humana, y más humana cuanto más divina". Así cantó de ella Gabriel y Galán.
Nació Teresa de Cepeda y Ahumada el año de 1515, en el seno de una familia patricia de doce hijos, siendo educada muy cristianamente. A la edad de 12 años construyó una cabaña como la de los padres del desierto en el jardín de sus progenitores; y también deseó ponerse en camino, junto con su hermano Rodrigo, para ir con los moros a buscar las palmas del martirio, para ser decapitada por Cristo, pero su tío se lo impidió y la hizo volver a la casa paterna. Es internada.
Muere su madre y atraviesa una temporada un tanto desviada de sus fervores anteriores. De adolescente fue soñadora y novelera, con gran afición a los libros de caballería, coqueta, y "enemiguísima de ser monja". A los veinte años ingresa, sin permiso de su padre, al Convento de la Encarnación. Viste el hábito carmelitano y hace sus Votos Religiosos en 1537.
Cae muy enferma y sale del convento, y después de sanar prosigue un penoso camino de arideces, tentaciones e incomprensiones que van edificando su alma. Su vida está todavía muy lejos de dar ese "Sí" definitivo o de que sea la tercera conversión al Señor. Esta no llegará hasta la Cuaresma de 1554, cuando ella tenga ya 39 años. Hasta antes de esa edad Teresa vivirá en un ambiente religioso muy mediocre. Se entrega de lleno al Señor y... para siempre. Su vida tuvo un cambio profundo. Sintió un llamado especial de Dios a la santidad y respondió con DECISIÓN y GENEROSIDAD.
Ella acostumbraba decir:
"Ntro. Señor quiere y ama a las almas animosas y humildes. En la vida espiritual hace falta emprender grandes cosas".
Su existencia fue desde entonces un milagro contínuo lleno de visiones, éxtasis, persecuciones demoníacas y apariciones de Ntro. Señor. Felizmente para liberarla de los teólogos que la asediaban y la inducían al error, Dios le envió al gran místico, Pedro de Alcántara. Este continuó guiándola apareciéndosele después de muerto.
A partir de 1562 llevó a cabo grandes obras como fueron las fundaciones de numerosos centros de vida contemplativa y logró, tras difíciles oposiciones, la reforma del Carmelo, y sin embargo pudo gozar de la quietud que reclama la más alta contemplación, escalando siempre las más elevadas cumbres. En 1568 funda el primer convento de Padres reformados, yendo a la cabeza San Juan de la Cruz.
Herida de una pierna, se quejó un día con el Señor, diciéndole:
"Señor, después de tantos problemas, ¿hacía falta también éste? A lo que el Señor le contestó: "Teresa, yo así trato a mis amigos" y ella Concluyó diciendo: "¡Ah, Dios mío! Ahora entiendo por qué tienes tan pocos amigos".
Escribe libros prodigiosos llenos de sabiduría y experiencia mística: su autobiografía, camino de perfección, las moradas, cartas , poesías, modo de visitar conventos, constituciones... libros que son un prodigio de gracia personal, simpatía y elevación. Teresa fue la admiración de propios y extraños. En éxtasis o entre puhttp://www.encuentra.com/articulos.php?id_sec=38&id_art=393&id_ejemplar=0cheros, es la SANTA DE LA NATURALIDAD SOBRENATURAL, de una sencillez altísima que parece inasequible a los humanos sin la ayuda de Dios. Muere en Alba de Tormes, España en 1582. Es canonizada en 1622 y el 27 de septiembre de 1970 es declarada Doctora de la Iglesia por el Papa Paulo VI.
* Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta.
"Mujer de inteligencia peregrina y corazón sublime de cristiana, fue más divina cuanto más humana, y más humana cuanto más divina". Así cantó de ella Gabriel y Galán.
Nació Teresa de Cepeda y Ahumada el año de 1515, en el seno de una familia patricia de doce hijos, siendo educada muy cristianamente. A la edad de 12 años construyó una cabaña como la de los padres del desierto en el jardín de sus progenitores; y también deseó ponerse en camino, junto con su hermano Rodrigo, para ir con los moros a buscar las palmas del martirio, para ser decapitada por Cristo, pero su tío se lo impidió y la hizo volver a la casa paterna. Es internada.
Muere su madre y atraviesa una temporada un tanto desviada de sus fervores anteriores. De adolescente fue soñadora y novelera, con gran afición a los libros de caballería, coqueta, y "enemiguísima de ser monja". A los veinte años ingresa, sin permiso de su padre, al Convento de la Encarnación. Viste el hábito carmelitano y hace sus Votos Religiosos en 1537.
Cae muy enferma y sale del convento, y después de sanar prosigue un penoso camino de arideces, tentaciones e incomprensiones que van edificando su alma. Su vida está todavía muy lejos de dar ese "Sí" definitivo o de que sea la tercera conversión al Señor. Esta no llegará hasta la Cuaresma de 1554, cuando ella tenga ya 39 años. Hasta antes de esa edad Teresa vivirá en un ambiente religioso muy mediocre. Se entrega de lleno al Señor y... para siempre. Su vida tuvo un cambio profundo. Sintió un llamado especial de Dios a la santidad y respondió con DECISIÓN y GENEROSIDAD.
Ella acostumbraba decir:
"Ntro. Señor quiere y ama a las almas animosas y humildes. En la vida espiritual hace falta emprender grandes cosas".
Su existencia fue desde entonces un milagro contínuo lleno de visiones, éxtasis, persecuciones demoníacas y apariciones de Ntro. Señor. Felizmente para liberarla de los teólogos que la asediaban y la inducían al error, Dios le envió al gran místico, Pedro de Alcántara. Este continuó guiándola apareciéndosele después de muerto.
A partir de 1562 llevó a cabo grandes obras como fueron las fundaciones de numerosos centros de vida contemplativa y logró, tras difíciles oposiciones, la reforma del Carmelo, y sin embargo pudo gozar de la quietud que reclama la más alta contemplación, escalando siempre las más elevadas cumbres. En 1568 funda el primer convento de Padres reformados, yendo a la cabeza San Juan de la Cruz.
Herida de una pierna, se quejó un día con el Señor, diciéndole:
"Señor, después de tantos problemas, ¿hacía falta también éste? A lo que el Señor le contestó: "Teresa, yo así trato a mis amigos" y ella Concluyó diciendo: "¡Ah, Dios mío! Ahora entiendo por qué tienes tan pocos amigos".
Escribe libros prodigiosos llenos de sabiduría y experiencia mística: su autobiografía, camino de perfección, las moradas, cartas , poesías, modo de visitar conventos, constituciones... libros que son un prodigio de gracia personal, simpatía y elevación. Teresa fue la admiración de propios y extraños. En éxtasis o entre puhttp://www.encuentra.com/articulos.php?id_sec=38&id_art=393&id_ejemplar=0cheros, es la SANTA DE LA NATURALIDAD SOBRENATURAL, de una sencillez altísima que parece inasequible a los humanos sin la ayuda de Dios. Muere en Alba de Tormes, España en 1582. Es canonizada en 1622 y el 27 de septiembre de 1970 es declarada Doctora de la Iglesia por el Papa Paulo VI.
* Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta.
miércoles, 13 de octubre de 2010
sábado, 9 de octubre de 2010
AHORA
“Ahora”. Así de fácil y así de difícil. Así de simple y así de fuerte.
“Ahora” es una palabra breve, pero que llega muy a fondo, que cambia radicalmente situaciones de modorra, de apatía o de tristeza.
“Ahora” es ahora. No es “antes”, pues lo que ya pasó ya pasó. No es “después”, porque no sabemos qué pueda ocurrir en unos minutos, en unos días, en unos meses.
“Ahora” implica permitir que inteligencia y voluntad trabajen juntas. Porque muchas veces, en el pasado, la inteligencia decía “quita el polvo del cuarto, abre el libro de matemáticas, escribe esa carta a un amigo, llama por teléfono y pide perdón a quien tanto necesita escuchar tu voz”. Pero la voluntad, remolona, prefería dejar las cosas para luego. Y el luego se alargaba, se alargaba, mientras la inteligencia veía claro y el corazón sentía una pena extraña por no hacer cosas que, de verdad, uno querría hacer... y nunca hace.
Pero la palabra “ahora” ha sonado fuerte y decidida. La voluntad mandó a las manos y cogió el sacudidor, y el cuarto quedó más limpio. El libro abrió sus páginas, y esta vez sí que rindió la tarde de estudio. La carta ya está cerrada y con sus sellos, y en unos minutos irá al buzón más cercano. Y un amigo ha sentido un nudo en la garganta al escucharme pedir perdón con una voz sincera, deseosa de restablecer esos lazos de afecto que los dos necesitamos en el camino de la vida.
“Ahora”. Así de fácil y así de difícil. Así de simple y así de fuerte.
El mundo se decide, cambia, crece, desde hombres y mujeres que dicen “ahora” para tantas cosas buenas. Por desgracia, también hay quienes dicen “ahora” para cometer un crimen, para lanzar mentiras, para destrozar familias, para promover injusticias en una sociedad en la que sobran las maldades.
Hace falta que millones de corazones buenos, aunque a veces con restos de temor que no terminan de esfumarse, digan fuerte su “ahora”. Entonces algo nuevo surgirá en el planeta: el bien será más fuerte, la alegría llegará más lejos, habrá amor verdadero. Porque el amor es cojo sin “ahoras” decisivos. Pero el amor corre ligero desde esa voluntad decidida que dice simplemente: “ahora”.
“Ahora” es ahora. No es “antes”, pues lo que ya pasó ya pasó. No es “después”, porque no sabemos qué pueda ocurrir en unos minutos, en unos días, en unos meses.
“Ahora” implica permitir que inteligencia y voluntad trabajen juntas. Porque muchas veces, en el pasado, la inteligencia decía “quita el polvo del cuarto, abre el libro de matemáticas, escribe esa carta a un amigo, llama por teléfono y pide perdón a quien tanto necesita escuchar tu voz”. Pero la voluntad, remolona, prefería dejar las cosas para luego. Y el luego se alargaba, se alargaba, mientras la inteligencia veía claro y el corazón sentía una pena extraña por no hacer cosas que, de verdad, uno querría hacer... y nunca hace.
Pero la palabra “ahora” ha sonado fuerte y decidida. La voluntad mandó a las manos y cogió el sacudidor, y el cuarto quedó más limpio. El libro abrió sus páginas, y esta vez sí que rindió la tarde de estudio. La carta ya está cerrada y con sus sellos, y en unos minutos irá al buzón más cercano. Y un amigo ha sentido un nudo en la garganta al escucharme pedir perdón con una voz sincera, deseosa de restablecer esos lazos de afecto que los dos necesitamos en el camino de la vida.
“Ahora”. Así de fácil y así de difícil. Así de simple y así de fuerte.
El mundo se decide, cambia, crece, desde hombres y mujeres que dicen “ahora” para tantas cosas buenas. Por desgracia, también hay quienes dicen “ahora” para cometer un crimen, para lanzar mentiras, para destrozar familias, para promover injusticias en una sociedad en la que sobran las maldades.
Hace falta que millones de corazones buenos, aunque a veces con restos de temor que no terminan de esfumarse, digan fuerte su “ahora”. Entonces algo nuevo surgirá en el planeta: el bien será más fuerte, la alegría llegará más lejos, habrá amor verdadero. Porque el amor es cojo sin “ahoras” decisivos. Pero el amor corre ligero desde esa voluntad decidida que dice simplemente: “ahora”.
¡Vence el mal con el bien!
Autor: Bosco Aguirre | Fuente: Mujer Nueva
miércoles, 6 de octubre de 2010
Ríos, vientos y encinas
Lo importante es que no nos arrastren las aguas, no nos lleve el viento, no se nos pudran las raíces. | |||
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martes, 5 de octubre de 2010
EL UNICO CAMINO
SI EN LA VIDA LLEGA ESE FATAL MOMENTO QUE TE ENCUENTRAS TAN PERDIDO ,QUE NI TE RECONOCES , Y LO QUE VES NO TE GUSTA .
SI EN TU PASADO CREES HABER SENTIDO, LA INSOPORTABILIDAD QUE EXISTE EN TODO AQUELLO, QUE A GOLPE FUE IMPUESTO , AUNQUE SIN MAS RUIDO QUE EL DE UNA HOJA AL CAER MECIDA POR EL VIENTO .
SI EN TU VIDA CREES HABER VIVIDO VECES, EN LAS QUE TE ABANDONAN LAS FUERZAS, CUANDO MAS FALTA PARECE QUE HACEN, PARA NO SUCUMBIR COMO PERSONA QUE TOMA SUS PROPIAS DECISIONES EN LIBERTAD
SI SENTISTES ESTO, Y MAS AUN, EL NO SABER SI TODO LO QUE VIVES ES REALIDAD, PUES TE DA LA SENSACION A VECES DE NO SER PARTE DE ELLA, DE NO PERTENECER AL LUGAR, NI AL MODO EN EL QUE TODO SE REALIZA
NO ODIES POR ELLO, NO CULPES A NADIE, NO TE SIENTAS PERDIDO, NO PIENSES QUE ERES IMPOTENTE Y NO PUEDES HACER NADA PARA QUE CAMBIE
TODO LO CONTRARIO, ERES PIEZA IMPRESCINDIBLE PARA EL CAMBIO, SOLO NECESITAS ALEJAR DE TI LOS SENTIMIENTOS NEGATIVOS Y SUSTITUIRLOS POR AMOR A TODO, INCLUSO A LAS COSAS QUE PARECEN NO GUSTARTE, PUES ESAS COSAS SON LAS QUE MAS FALTAS DE AMOR ESTAN PARA QUE PUEDAN CAMBIAR, INTENTA COMPRENDER QUE SOLO EL CAMINO DEL AMOR PUEDE LLEVARTE A OTRA REALIDAD
SI EN TU PASADO CREES HABER SENTIDO, LA INSOPORTABILIDAD QUE EXISTE EN TODO AQUELLO, QUE A GOLPE FUE IMPUESTO , AUNQUE SIN MAS RUIDO QUE EL DE UNA HOJA AL CAER MECIDA POR EL VIENTO .
SI EN TU VIDA CREES HABER VIVIDO VECES, EN LAS QUE TE ABANDONAN LAS FUERZAS, CUANDO MAS FALTA PARECE QUE HACEN, PARA NO SUCUMBIR COMO PERSONA QUE TOMA SUS PROPIAS DECISIONES EN LIBERTAD
SI SENTISTES ESTO, Y MAS AUN, EL NO SABER SI TODO LO QUE VIVES ES REALIDAD, PUES TE DA LA SENSACION A VECES DE NO SER PARTE DE ELLA, DE NO PERTENECER AL LUGAR, NI AL MODO EN EL QUE TODO SE REALIZA
NO ODIES POR ELLO, NO CULPES A NADIE, NO TE SIENTAS PERDIDO, NO PIENSES QUE ERES IMPOTENTE Y NO PUEDES HACER NADA PARA QUE CAMBIE
TODO LO CONTRARIO, ERES PIEZA IMPRESCINDIBLE PARA EL CAMBIO, SOLO NECESITAS ALEJAR DE TI LOS SENTIMIENTOS NEGATIVOS Y SUSTITUIRLOS POR AMOR A TODO, INCLUSO A LAS COSAS QUE PARECEN NO GUSTARTE, PUES ESAS COSAS SON LAS QUE MAS FALTAS DE AMOR ESTAN PARA QUE PUEDAN CAMBIAR, INTENTA COMPRENDER QUE SOLO EL CAMINO DEL AMOR PUEDE LLEVARTE A OTRA REALIDAD
lunes, 4 de octubre de 2010
ORACIÓN SIMPLE DE
SAN FRANCISCO DE ASÍS
SAN FRANCISCO DE ASÍS
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.
Porque es:
Dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.
Dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.
sábado, 2 de octubre de 2010
Chemita... para mi, otro Angel Custodio ..
Chemita | |||
Luchen diario por lo que quieren y acuérdense de esto en las mañanas y cuando tengamos más flojera que nunca | |||
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Nuestro ángel de la guarda
Necesitamos renovar nuestro trato afectuoso y sencillo con nuestro ángel de la guarda que está a nuestro lado y nos ayuda de mil modos. | |||
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