* 17 Principales fronteras que los padres tienen que traspasar para educar a los hijos y poner primero a su familia.
Hay médicos sin fronteras, periodistas sin fronteras, misioneros sin fronteras, emigrantes sin fronteras, abogados sin fronteras, discapacitados sin fronteras, libros sin fronteras, sabores sin fronteras, paz sin fronteras, solidaridad sin fronteras, etc. Los padres no tienen que tener miedo ni a las fronteras, ni a las barreras, ni a los obstáculos, ni a nada de lo que siendo moralmente bueno, les pudiera impedir educar a sus hijos y poner a su familia como primer objetivo, por encima de todo.
Dicen los astronautas, que es maravilloso ver la tierra y no distinguir las fronteras que han hecho, los hombres contra los hombres. Lo mismo sucede a algunas personas, que se han educado muy bien en esta vida y que saben y pueden pasar todas las fronteras, que les ponen por delante.
Su propia persona y la sociedad van a poner a los padres una serie de fronteras naturales, legales o ilegales, relacionadas con el tiempo y el espacio geográfico, que en principio les van a impedir o dificultar educar bien a sus hijos y poner primero a su familia. Pero los padres tienen que estar dispuestos, a estudiar bien esas fronteras y hacer un plan para traspasarlas, cuando les impidan cumplir la misión que tienen establecida en esta vida.
Es tema para otro artículo, si son justas o injustas, legales o ilegales, las fronteras físicas, económicas, religiosas, políticas y sociales, aplicadas a la obligación de los padres, para la educación de sus hijos y al poner primero a su familia. De la misma manera que la dedicación de los padres con sus hijos y familia no tiene limites, no deben permitir que nadie les imponga fronteras por los límites morales.
17 Principales fronteras que los padres tienen que traspasar, para educar a sus hijos y poner primero a su familia:
1. La cultural, para mantenerse mejorar y añadir nuevas virtudes y valores humanos y luchar, por no adquirir costumbres que vayan en contra de esos valores. La principal frontera a traspasar es el conformismo, “el todo vale”.
2. La del trabajo, sabiendo entender que solamente se consiguen mejores trabajos y mejor retribuidos, a base de sacrificios personales, estudios y dedicación.
3. La económica, sabiéndose enfrentar a las tentaciones, para mantenerse dentro de las posibilidades de ingresos, gastos y ahorros, luchando contra el consumismo imperante.
4. La educación escolar para los hijos, escogiendo para ellos la mejor escuela o colegio dentro de sus posibilidades, aunque les cueste grandes sacrificios económicos, de tiempo y de lucha, contra la corriente permisiva en calidad y cantidad de educación.
5. La familiar, al poner todos los medios necesarios para hacer una familia fuerte, unida y llena de virtudes y valores humanos, incluso teniendo que enfrentarse a las costumbres del entorno familiar.
6. La fisiológica, intentando mantenerse, dentro de los mejores parámetros posibles de salud, procurando llevar una vida sana en las comidas, bebidas, ejercicios físicos, etc.
7. La idiomática, sobre todo cuando se emigra, aprendiendo el idioma de la nación o región receptora, para involucrarse lo más posible en todos los aspectos culturales, sociales, laborales, profesionales, de estudios y familiares. Pero nunca perdiendo el idioma materno.
8. La imagen, en el caso de que se tengan defectos físicos, que hagan aparecer diferentes a los demás, tienen que intentar sacar provecho a esos defectos, sirviendo como ejemplo de superación, ante otros que no los tienen y pudieran estar deprimidos.
9. La política, manteniendo los principios políticos aprendidos, pero estando siempre dispuesto a mejorar el conocimiento de otras opciones diferentes a las tradicionales, siempre que estén dentro de la moral.
10. La racial, en el caso de estar inmerso en otras etnias o pertenecer a minorías dominadas. Sabiendo luchar contra estas situaciones, con perseverancia e inteligencia, para aprovechar las fortalezas propias y eliminar los defectos comparativos.
11. La religiosa, manteniendo los principios morales innegociables, a pesar de las presiones externas o dificultades que pudieran acechar a la familia, debido a la inmersión o el acoso de otras culturas sociales y religiosas.
12. La social, sabiendo claramente, que las situaciones sociales nunca son para siempre y que la vida da muchas vueltas, unas veces se está arriba y otras abajo. No por haberse criado en una familia rica o pobre, eso tiene que ser un estigma imborrable y perpetuo. Precisamente la lucha contra esa posible barrera, tiene que servir de estimulo para salir de la pobreza o para mantener la riqueza. La educación familiar, los estudios y la religión son las mejores armas, para luchar contra la barrera social que separa algunas personas, comunidades o segmentos sociales.
13. La paternidad responsable, abierta a la magnanimidad de la vida y al amor a los hijos, relacionado con el número y las épocas de tener hijos y a la forma de educarlos, en las virtudes y valores humanos.
14. La del cambio de la calidad de vida, por cumplir los principales objetivos en la formación de los hijos y de la familia como conjunto, teniendo en cuenta que la generosidad, no es incompatible con la razón y que, por muchos cálculos que se hagan, la familia es deficitaria por definición.
15. La de que los hijos se desarrollen como personas, en el conocimiento y en su comportamiento, en sus convicciones y sus actitudes, enriquecido con las virtudes y valores humanos, a costa de que a lo mejor no estén muy contentos. Ayudándoles en sus tareas, pero sin evitarles el esfuerzo de hacerlas y las satisfacciones que conllevan, para que se sepan desenvolver en la vida.
16. La de acoger a cada hijo, único e irrepetible, tal y como es, aunque no corresponda a las expectativas deseadas. Es una frontera que tienen que pasar por muy difícil que sea, sobre todo en casos, donde los hijos son especiales.
17. La de no ceder cuando es más fácil conceder, intentando siempre comprender, pero exigiendo lo que haya que exigir, aunque cueste hacerlo. Respetando su libertad, pero guiándoles, corrigiéndoles y no sobreprotegiéndoles.
Los padres tienen que tener un gran respeto y admiración, a los que por el bien de sus hijos y de su familia, han tenido la valentía de arriesgar muchas cosas, para traspasar las fronteras indicadas anteriormente. Incluso cuando han traspasado las fronteras geográficas, para habitar en otro país, pues han tenido que dejar atrás otros familiares, su bienes, pocos o muchos, sus amistades, sabores, olores, paisajes, sus costumbres, la seguridad de su vejez, etc. para enfrentarse a lo desconocido, asumiendo riesgos, que algunas veces tienen consecuencias irreversibles, para ellos mismos y sus familias. Pero traspasan las fronteras, para dar una mejor vida a sus hijos y familia en lo material, educativo, religioso y político, pues en sus países no tenían esas oportunidades, que existen detrás de las fronteras. Las mayoría de las veces, atravesar esas fronteras, pasa como las ovejas cuando traspasan las alambradas, siempre dejan algo de lana pegada a la alambrada.
Vivir en una sociedad, donde a las familias que no siguen los dictados de la mayoría, son señaladas y consideradas de forma despectiva, es muy difícil mantenerse en la rectitud de intención, de intentar alcanzar un mundo mejor. Eso significa que los padres, tendrán que hacer un esfuerzo mucho más fuerte, para no tener miedo a pasar las fronteras, que le imponga la sociedad en la que vivan.
Los padres siempre van tener que estar luchando contra corriente, porque si no se enfrentan a ella, todos se verán arrastrados en situaciones no deseadas y casi siempre, muy difíciles de revertir. Traspasar fronteras es sinónimo de practicar y enseñar las principales virtudes y valores humanos siguientes: Abnegación, apostolado, austeridad, autodisciplina, bonhomía, coherencia, compromiso, coraje, decisión, desprendimiento, disciplina, entereza, entrega, fortaleza, fraternidad, generosidad, fuerza, heroísmo, liderazgo, perseverancia, reciedumbre, responsabilidad, Sacrificio, solidaridad, valentía, etc.
Para algunos padres, pasar las fronteras supone, entrar en el terreno del “que dirán” los otros familiares, vecinos o la sociedad en conjunto, frase que casi siempre queda en “lo que no han dicho”. Los padres tienen que mirar hacia adelante, (hacia atrás, ni para coger impulso) y estudiar y medir los riesgos que sean necesarios tomar, todo en beneficio del presente y futuro de los hijos y de la familia.
Los padres no tienen que tener miedo a las fronteras, para construir una buena familia, pero tienen que estar muy atentos para prevenir y en su caso evitar, que alguno de los hijos intente cruzar la frontera de lo que es moral, hacia la amoralidad. No solamente estar pendiente de la frontera que marca la ley civil, sino la frontera de lo que marca la religión y las buenas costumbres.
Es muy importante convertirse en padres sin fronteras, utilizando responsablemente las nuevas tecnologías, como herramientas al servicio de la sociedad, para conseguir nuevas relaciones personales y grupales, en beneficio de la educación de las virtudes y valores humanos en la familia, además que servirán como autoafirmación en los ideales de los padres, en la educación de sus hijos. Los padres deben saber que “La unión hace la fuerza” que es lo opuesto a “Divide y vencerás”.
Animo a los padres a que formen asociaciones o grupos de personas, físicas o virtuales, aprovechando el Internet o sus redes sociales, para comentar entre ellos, cuáles son las principales fronteras a las que se han tenido que enfrentar y la forma de, cómo las han traspasado o las van a traspasar, para evitar que les dificulten la educación de los hijos y el poner lo primero a la familia. El hecho de intentar ser un padre sin fronteras, no será nunca un motivo de exclusión de la sociedad, al contrario, será un concepto de identidad y un referente ejemplar para otros padres.
ESCUELA PARA PADRES
http://blog.micumbre.com/2010/04/24/padres-sin-fronteras-primero-la-familia/
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