Hoy recordamos a la Virgen de Guadalupe, una de esas visitas de Dios que cambian la historia desde la sencillez de un encuentro.
1️⃣ La Virgen se muestra a Juan Diego como Madre. No llega con discursos, sino con cercanía: “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”. En Adviento, esta pregunta ilumina todo: Dios se acerca siempre a través de un rostro concreto.
2️⃣ El mensaje del Tepeyac no es político ni cultural, es profundamente cristiano: llevar a todos a Cristo. María no pide honores; pide un lugar donde mostrar a su Hijo. Toda auténtica devoción mariana conduce a Jesús.
3️⃣ Juan Diego nos muestra que la humildad es terreno fértil para la gracia. No era importante, no tenía poder… pero escuchó. Y su docilidad abrió un camino de fe para millones. Dios suele escribir sus páginas más grandes con corazones pequeños.
4️⃣ La tilma con la imagen no es un adorno: es un evangelio pintado. Cada signo —las estrellas, el cinturón, la flor del centro— proclama que María trae al “Dios verdadero por quien se vive”. La fe se anuncia también a través de la belleza.
5️⃣ Guadalupe sigue siendo hoy una palabra de consuelo. En un mundo que corre y se dispersa, María nos invita a detenernos y a dejarnos mirar por ella. Su misión no cambia: llevarnos a la paz que solo Cristo puede dar.
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