“El Corazón de Jesús vive en la Eucaristía, supuesto que su cuerpo está allí vivo. Es verdad que este Corazón divino no está allí de un modo sensible, ni se le puede ver, pero lo, mismo ocurre con todos los hombres. Este principio de vida conviene que sea misterioso, que esté oculto: descubrirlo sería matarlo; sólo se conoce su existencia por los efectos que produce. El hombre no pretende ver el corazón de un amigo, le basta una palabra para cerciorarse de su amor. ¿Qué diremos del Corazón divino de Jesús? El se nos manifiesta por los sentimientos que nos inspira, y esto debe bastarnos”.
viernes, 1 de julio de 2022
“Soy paciente y humilde de corazón”
Oh Dios único en la Santísima Trinidad, deseo amarte como hasta ahora ninguna alma humana Te ha amado; y aunque soy particularmente mísera y pequeñita, no obstante arrojé muy profundamente el ancla de mi confianza en el abismo de Tu misericordia, oh Dios y Creador mío.
A pesar de mi gran miseria no tengo miedo de nada, sino que espero cantar eternamente el himno de la gloria. Que no dude alma ninguna mientras viva, aunque sea la mas miserable, cada una puede ser una gran santa, porque es grande el poder de la gracia de Dios. De nosotros depende solamente no oponernos a la actuación de Dios.
Santa Faustina Kowalska (1905-1938)
religiosa
Pequeño diario, 283
miércoles, 29 de junio de 2022
S. PEDRO y S. PABLO
Quién lo dijera!, que de esas dudas y negaciones, de esa envalentonada alma que se alzaba como única, pero caía al suelo ante el primer contrario viento, Dios eligiera el timón y la cabeza de su Iglesia.
¡Quién lo pensara!, que de esa espada que buscaba bañarse en sangre cristiana, Dios hiciera la más afilada lengua que convirtiera a las almas paganas.
Y así, forjados en las luchas y cruces que vivió cada alma, humillándose y superando sus miserias, Pedro y Pablo se alzaron como columna y estandarte, fe y palabra, de ese Cristo al que negaron y persiguieron.
Fue mucho el Amor que recibieron, pero fue mucha, también, su correspondencia y ambos, a ejemplo de su Maestro, rindieron sus vidas en el martirio.
Si Pedro es la cabeza que rige la Iglesia, Pablo es la lengua que da a conocer su Palabra.
Las llaves y la espada, el gobierno y la lucha, la doctrina y su mensajero.
S. Pedro y S. Pablo, ¡columnas de la Iglesia!, rogad por nosotros.
Madrid, España
«Cuando seas viejo..., te llevará a donde no quieras»
papa y doctor de la Iglesia
Sermón 82/69 para el aniversario de los apóstoles Pedro y Pablo
martes, 28 de junio de 2022
La tormenta está fuerte ...
La tormenta está fuerte y seguramente se pondrá peor. Pero Jesús no duerme, sino que espera pacientemente a que nuestra fe despierte. Ya sea increpando al viento y calmando las aguas, o reconociendo humildemente que no podemos sin Él. Pero ahí está nuestra pequeña fe, aprendiendo a creer.
Después de alguna tragedia, algunos culpan a Dios. Entre llanto y cólera se escuchan frases como ¿Dónde estabas cuando te necesité?, a lo que Dios podría decir, “donde estaba tu fe”.
¡Ánimo! Jesús está a bordo.
“Sobrevino una gran calma.”
El sueño de Cristo es la manifestación de un misterio. Los tripulantes de la barca representan las alma que atraviesan la vida de este mundo sobre el leño de la cruz. Además, la barca es el símbolo de la Iglesia. Sí, realmente,... el corazón de cada fiel es una barca que navega sobre el mar; no puede naufragar si el espíritu se ocupa en buenos pensamientos.
Alguien te ha injuriado: es el viento que sopla a latigazos. Has montado en cólera: es la corriente que te arrastra. Surge la tentación: sopla el viento. Tu alma se turba: las olas se encrespan. ¡Despierta a Cristo, deja que hable él! “¿Qué clase de hombre es éste, que hasta los vientos y el lago le obedecen?”(Mt 8,27) ¡Imita el viento y el mar: obedece al creador! El mar escucha la orden de Cristo y tú ¿te vas a quedar sordo? El mar obedece, el viento se aplaca ¿vas tú a continuar soplando? ¿Qué queremos decir con esto? Hablar, agitarse, meditar la venganza ¿no es continuar soplando y rehusar apaciguarse por las palabras de Cristo? Cuando vuestro corazón está turbado ¡no os dejéis engullir por las olas!
Si, con todo, el viento nos puede, -porque no somos más que hombres- ,si se excitan las pasiones malas del corazón, ¡no desesperemos! ¡Despertemos a Cristo, para poder continuar nuestro viaje sobre un mar apaciguado y así llegar a nuestra verdadera patria.
San Agustín (354-430)
obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Sermón 63
«¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?». Mateo 8
lunes, 27 de junio de 2022
NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO
¡Santísima Virgen María, que para inspirarme confianza habéis querido llamaros Madre del Perpetuo Socorro! Yo os suplico me socorráis en todo tiempo y en todo lugar; en mis tentaciones, después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de la vida y, sobre todo, en el trance de la muerte. Concédeme, ¡oh amorosa Madre!, el pensamiento y la costumbre de recurrir siempre a Vos; porque estoy cierto de que, si soy fiel en invocaros, Vos seréis fiel en socorrerme. Alcanzadme, pues, la gracia de acudir a Vos sin cesar con la confianza de un hijo, a fin de que obtenga vuestro perpetuo socorro y la perseverancia final. Bendecidme y rogad por mí ahora y en la hora de mi muerte. Así sea.
¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Rogad a Jesús por mí, y salvadme.
Cinco minutos con el Espíritu Santo
Si alguna vez logramos quedarnos callados y serenos, dejando que el Espíritu Santo nos haga experimentar su amor, estaremos viviendo una preciosa experiencia mística. Cuando abandonamos nuestras resistencias y nos dejamos tomar por el Espíritu, él toca un centro amoroso donde el ser humano sólo puede depender, porque es una criatura; y lo más íntimo de su realidad es la dependencia, es recibir el ser y la vida, es beber de Dios. Veamos cómo expresan algunos místicos esta dependencia cuando llega a un alto grado de desarrollo:
"¡Oh cuán dichosa es esta alma que siente siempre a Dios descansando y reposando en su seno!... Dios está allí de ordinario como si descansara en un abrazo con la esposa, en la substancia de su alma, y ella lo siente muy bien y lo goza habitualmente... Él la absorbe profundísimamente en el Espíritu Santo, enamorándola con primor y delicadeza divina" (San Juan de la Cruz).
"Dios toma la voluntad, pero me parece que toma también el entendimiento, porque no discurre, sino que está ocupado sólo gozando de Dios como quien está mirando, y ve tanto que no sabe hacia dónde mirar" (Santa Teresa de Ávila).
"Se llega a trascender y traspasar no sólo este mundo sensible, sino también a sí mismo... Es necesario que se dejen todas las operaciones intelectuales, y que la punta del afecto se traslade toda a Dios y todo se transforme en Dios. Y ésta es la experiencia mística y secretísima, que nadie la conoce sino quien la recibe, y nadie la recibe sino quien la desea, y nadie la desea si el Espíritu Santo no lo inflama hasta la médula" (San Buenaventura).
Mons. Víctor Manuel Fernández
domingo, 26 de junio de 2022
SAN JOSEMARÍA
Es en medio de las cosas materiales de la tierra donde debemos santificarnos, sirviendo a Dios y a todos los hombres. La familia, el matrimonio, el trabajo, la ocupación de cada momento son oportunidades habituales de tratar y de imitar a Jesucristo, procurando practicar la caridad, la paciencia, la humildad, la laboriosidad, la justicia, la alegría y en general las virtudes humanas y cristianas. Josemaría Escrivá
“Te seguiré adondequiera que vayas”
“En el atardecer, danos tu luz, Señor.” Estamos en el atardecer. Estoy en los sesenta-y-seis años de mi vida que es un don magnífico del Padre celestial. Las dos terceras partes de mis contemporáneos han pasado ya a la otra vida. Así que yo también me tengo que preparar para el gran momento. El pensamiento de la muerte no me produce inquietud... Mi salud es excelente y todavía robusta, pero no me tengo que fiar. Me quiero preparar a poder responder: “Aquí estoy”, a la llamada, tal vez inesperada. La vejez –que es otro gran don del Señor- tiene que ser para mí motivo de callada alegría interior y de abandono diario al Señor mismo, al que me dirijo como un niño hacia los brazos abiertos de su padre.
Mi ya larga y humilde vida se ha ido devanando como una madeja bajo el signo de la simplicidad y de la pureza. No me cuesta nada reconocer y repetir que no soy más ni valgo más que un pobre pordiosero. El Señor me hizo nacer en el seno de una familia pobre. El ha pensado en todo. Yo le he dejado hacer... Es verdad que “la voluntad de Dios es mi paz.” Y mi esperanza está puesta totalmente en la misericordia de Jesús...
Pienso que el Señor me tiene reservado, para mi completa mortificación y purificación, para admitirme en su gozo eterno, alguna gran aflicción o pena, del cuerpo y del espíritu antes de que me muera. Bien, pues, lo acepto de todo corazón, que sirva todo para su mayor gloria y el bien de mi alma y de mis queridos hijos espirituales. Temo la debilidad de mi resistencia y le pido que me ayude ya que no tengo casi ninguna confianza en mí mismo, pero una total confianza en el Señor Jesús.
Hay dos puertas que dan al paraíso: la inocencia y la penitencia. ¿Quién puede pretender, oh hombre frágil, encontrar la primera abierta de par en par? Pero la segunda es acceso seguro. Jesús pasó por ella con su cruz cargado, expiando nuestros pecados. El nos invita a seguirlo.
San Juan XXIII (1881-1963)
papa
Diario del alma, junio 1957( antes de su elección al Papado)