Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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ACI prensa

La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

lunes, 30 de marzo de 2020

San Judas Tadeo



¡Santo Apóstol, san Judas fiel siervo y amigo de Jesús! El nombre del traidor que entregó a tu amado Maestro en las manos de sus enemigos, ha sido la causa de que tú hayas sido olvidado por muchos; pero la Iglesia te honra e invoca universalmente, como el patrón de los casos difíciles y desesperados.

Ruega por mí. Estoy sin ayuda y tan solo… Haz uso, te imploro, del privilegio especial a ti concedido, de socorrer pronto y visiblemente cuando casi se ha perdido toda esperanza.

Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que pueda recibir consuelo y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente (haga aquí su petición), y para que pueda alabar a Dios contigo y con todos los elegidos por siempre.

Prometo, glorioso san Judas, nunca olvidarme de este gran favor, honrarte siempre como a mi especial y poderoso patrono, y, con agradecimiento hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción.

Amén.

Camino de la Cruz


El Vía Crucis o Camino de la Cruz, es una de las formas más expresivas, más sólidas y extendidas de la devoción del pueblo cristiano a la Pasión de Cristo.

Desde los primeros siglos los peregrinos de Jerusalén veneraban los lugares santos, especialmente el Gólgota y el Sepulcro. Según las revelaciones de Dios a Santa Brígida, luego de la muerte de Cristo, el mayor consuelo de su Madre era recorrer los lugares de aquel sagrado camino regados con la sangre de su Hijo. 

La imposibilidad de ir a Jerusalén o el deseo de recordar con frecuencia en su propia tierra los momentos de la Pasión, hizo nacer en la cristiandad diversas formas de representar aquellos lugares para ser recorridos en una especie de peregrinación espiritual.

Su ejercicio tiene indulgencia plenaria cuando se hace ante estaciones legítimamente erigidas. Aunque es costumbre laudable leer un texto y rezar determinadas oraciones, puede hacerse meditando mentalmente lo que propone cada estación.

Dice San Bernardo: “No hay cosa tan eficaz para curar las llagas de nuestra conciencia y purgar y perfeccionar nuestra alma como la frecuente y continua meditación de las llagas de Cristo y de su Pasión y Muerte”.

Le dijo Jesús Misericordioso a Santa Faustina Kowalska: "Son pocas las almas que contemplan Mi Pasión con verdadero sentimiento; a las almas que meditan devotamente Mi Pasión, les concedo el mayor número de gracias".

Estaciones del Vía Crucis:

1ª: Jesús condenado a muerte.
2ª: Jesús con la cruz a cuestas.
3ª: Jesús cae por primera vez.
4ª: Jesús encuentra a su Madre.
5ª: El Cireneo ayuda a llevar la cruz.
6ª: La Verónica enjuga el rostro del Señor.
7ª: Jesús cae por segunda vez.
8ª: Jesús consuela a las santas mujeres.
9ª: Jesús cae por tercera vez.
10ª: Jesús es despojado de sus vestiduras.
11ª: Jesús es crucificado.
12ª: Jesús muere en la cruz.
13ª: Jesús en los brazos de su Madre.
14ª: Jesús es sepultado.

Modo de rezar el Vía Crucis:

Recorrer física o mentalmente las estaciones meditando un momento en cada una de ellas. Si queremos mientras meditamos en cada estación, podemos rezar alguna oración, por ejemplo un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

domingo, 29 de marzo de 2020

Oración para el Evangelio de hoy


Mi Dios, con un corazón humilde me presento ante Ti para agradecerte por tu presencia y pedirte que me cobijes bajo el amparo de tu misericordia, porque Tú no desprecias a un corazón arrepentido.

Tú sabes lo que necesito para alcanzar la felicidad y la vida eterna, conoces mi corazón, allí también habitan las sombras espesas de mis vanidades y mis deseos mundanos por ir tras lo pasajero y terrenal.

Te pido que les des claridad a mi vida, sencillez a mi espíritu y astucia a mi mente, para saber escoger las mejores opciones de vida, esas que sólo me llevan a experimentar tu amor y tu bondad.

Quiero poner mi fe por encima de todo, para así, poder transmitir a otros tu alegría, para que, junto a ellos, pueda yo también sentirme seguro y encaminado hacia la salvación.

Confío en tu propuesta de eternidad, en que si creo verdaderamente en Ti, resucitaré a una vida alejada del sufrimiento y de las mortificaciones, porque sólo Tú eres el camino, la verdad y la vida.

Sólo Tú, Señor mío, me regalas tan dulce amor, no me abandonas, sales siempre en mi defensa y me fortaleces, no me juzgas por mi apariencia, sino que me impulsas y me animas a salir adelante.

Ven Señor mío, ven a mi vida y lléname de tus bendiciones para contar con la fuerza necesaria para seguir creciendo en tu dirección.

Asísteme con tu mano poderosa y ayúdame a serte fiel en lo mucho y en lo poco, en mis tristezas y alegrías. 

Amén


QUE SALGA FUERA, SEÑOR!


De la oscuridad que no me deja verte
a la luz que me da la vida
De las dudas que ciegan mis ojos
a la certeza que me invita a seguirte
De la tristeza que sacude mi existencia
a la alegría que infunde tu persona.

¡QUE SALGA FUERA, SEÑOR!
De los miedos que me paralizan,
a la fortaleza que me regala tu Palabra
De la inseguridad de mis pasos
a la firmeza de tus caminos

¡QUE SALGA FUERA, SEÑOR!
De la muerte, cuando yo vivo como Tú quieres,
a la vida que siento cuando Tú estás presente
Del mi afán de suficiencia que fracasa
al reconocimiento de tu poder que todo lo puede

¡QUE SALGA FUERA, SEÑOR!

De lo efímero que pasa y caduca
a lo eterno que Tú me dices me espera
De mi manera peculiar de vivir la vida
a esa otra que, Tú, me dices es rica y diferente

¡QUE SALGA FUERA, SEÑOR!
Que me libre de esas largas vendas
que me impiden ser libre y seguirte
Que me sacuda de los aromas
con que la sociedad quiere perfumarme y maquillarme
Que sea fuerte para desprenderme
de tantas losas que pretenden silenciarme
QUE SALGAMOS, FUERA, SEÑOR
De la enfermedad que nos encierra
De la muerte que nos asusta
Del virus que nos paraliza
De las ideologías interesadas que os asedian
De la insolidaridad de los que piensan sólo en ellos
De la irresponsabilidad de consecuencias trágicas
De los hospitales con los cuerpos sanos
De las casas a la calla cuando todo se calme
¡SOMOS UN POCO LÁZARO, SEÑOR!
Maniatados, encerrados
y con , el coronavirus, que huele a muerte.
¡Te necesitamos!
Haz que escuchemos: 
¡SALID DE AHI!
Cuanto antes, Señor.

Javier Leoz

sábado, 28 de marzo de 2020

La Salve



Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos,
gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues,
Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos,
y después de este destierro
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
D- Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
T- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. 
Amén.


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