Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

martes, 24 de marzo de 2020

FALTA MENOS

Falte lo que falte, ya FALTA MENOS para que esta pesadilla sea un sueño.
Falte lo que falte, ya FALTA MENOS para que nuestras calles sean surtidor de alegría
Falte lo que falte, ya FALTA MENOS para que luzca el sol después de estas nubes negras
Falte lo que falte, ya FALTA MENOS para que los gigantes, chupinazo, toros, fuegos, auroros, cabildo, cofradías, campanas o  el txistu, la gaita, la jota, el tambor o la Pamplonesa nos anuncien que la vida venció a la muerte.
Falte lo que falte, ya FALTA MENOS para que las lágrimas den lugar a los abrazos ahora prohibidos.
Falte lo que falte, ya FALTA MENOS para que los distantes nos demos la mano y hasta nos guiñemos el ojo
Falte lo que falte, ya FALTA MENOS para que escuchemos el griterío de los niños adornando con su presencia los parques.
Falte lo que falte, ya FALTA MENOS para que podamos decir que, la esperanza, nunca la perdimos.
Falte lo que falte, ya FALTA MENOS para que unos a otros nos aplaudamos por haber mirado hacia adelante sin perdernos en el traicionero surco de la tierra.
Falte lo que falte, ya FALTA MENOS, para que podamos vernos los unos con los otros y, en copa a rebosar, brindemos por un futuro que puntos blancos y negros siempre nos traerá.
Falte lo que falte, ya FALTA MENOS para darnos las gracias unos a otros por, en cada atardecer, haber formado un inmenso orfeón vecinal donde, lo único que desafinaba, era la nota desafinada de la enfermedad y la muerte.
Falte lo que falte, ya FALTA MENOS para que, los que tenemos FE podamos decir que el día despertó, que el Señor nunca nos deja abandonados en las horas amargas y que, los que marcharon, siempre tendrán un balcón y una ventana -abiertos de par en par- por haberse marchado de forma tan silenciosa pero con un más allá cubierto de esperanza.
Desde la Capilla de San Fermín, con nuestro Santo Patrón, decimos con más fuerza y convencimiento que nunca: ¡YA FALTA MENOS PARA QUE NUESTRO REENCUENtRO SEA DE VERDAD UNA AUTÉNTICA FIESTA!
¡ADELANTE! ¡LA VIDA NOS ESPERA! ¡A POR ELLA!

Javier Leoz Ventura

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