¡Oh Jesús mío del Gran Poder!
Yo confío con toda mi alma y corazón en Ti, por ello acudo en mi desesperanza, hoy que me siento desalentado y abandonado, mi amado Jesús busco tu ayuda y comprensión, socórreme con tu inmenso poder y clemencia en esta tristeza que me embarga, esta angustia que tanto sufrimiento me causa.
Brazo fuerte y protector mío, no me abandones en este apurado trance en el que me encuentro, no permitas que me ahogue más en mi preocupación.
Por todo lo que Tú ya sabes, Padre mío asísteme, protégeme y ampárame en este preciso momento.
No desoigas Jesús mío las súplicas de esta alma abatida y desesperada y ten en cuenta las lágrimas de este corazón triste y afligido pero totalmente lleno de amor hacia Ti, Tú que eres mi único amigo, padre y protector.
Jesús mío, Jesús de mi alma, te ruego me atiendas en esta difícil situación:
(solicitar con mucha fe lo que se precisa).
Mis súplicas llenas de amor y esperanza no pueden menos que llegar a Ti, que eres el brazo fuerte y protector, Tú, Jesús mío, que eres el que todo lo puede.
¡Oh Jesús mío, Jesús de mi alma! Jesús cargado con la cruz, esperanza mía, consuelo mío, refugio mío, ven a mí con tu corona de espinas, cargado con tu pesada cruz, con la soga al cuello, para que alivies mis terribles sufrimientos.
¡Oh Jesús mío, Jesús del gran Poder!, que tus divinos ojos contemplen mis necesidades
y tus sacrosantos oídos escuchen mis súplicas es tanto lo que preciso de Ti y tanto lo que espero y confío en Ti, que te imploro con fe, seguridad e ilusión no me dejes sin ayuda en mi aflicción, y que siempre sea bendita y alabada tu Santísima Voluntad!
Amén.
Rezar el Credo, Padrenuestro y Gloria.
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