A ti, bienaventurado san José, acudimos en nuestra tribulación, y después de implorar el auxilio de tu santísima esposa, solicitamos también confiadamente tu patrocinio…
San José, yo me pongo en tus manos, acéptame y socórreme.
San José, no me abandones en la hora de mi muerte.
🌿🌿🌿
Cuando el cuerpo se debilita o el alma se cansa, acudimos a quien cuidó con ternura al Niño Dios.
San José, modelo de fortaleza silenciosa, intercede por nuestra salud y por quienes más lo necesitan.
Hoy, déjale a San José tu dolor…y descansa en sus brazos.
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