Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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jueves, 7 de abril de 2022

El Vía Crucis - Estación 6: La Verónica enjuga el rostro de Jesús

 

El velo de la Verónica,
Pintura de Domenico Fetti (1589-1623),
Pintado entre 1618/1622,
Óleo sobre tabla
© The National Gallery of Art, Washington

 

Lamentaciones 3: 48-50; Números 11: 24-26

Mis ojos fluyen con ríos de lágrimas por la destrucción de mi pueblo. Mis ojos fluirán sin cesar, sin descanso, hasta que el Señor desde el cielo mire y vea. El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga brillar su rostro sobre ti, y tenga piedad de ti; el Señor levante su mirada sobre ti, y te dé la paz.

Reflexión sobre el cuadro

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos

Porque con tu santa cruz has redimido al mundo.

 

¿Es este tu verdadero rostro, oh Cristo? En medio de este dolor y horror, sigues teniendo una expresión tan suave, tierna y amable. La generosidad de tus acciones es visible.

Sea o no la "verdadera imagen", o en latín, la "vera icon", las dos palabras combinadas dan a esa mujer compasiva del Gólgota un nombre realmente apropiado: Verónica. Ella sentía tan profundamente por ti, Señor, que un simple gesto, limpiar el sudor y la sangre de tu rostro fue todo lo que pudo hacer. Un hermoso gesto de una mujer que se apiadó.

Yo también me compadezco de mi Jesús, mientras te observo en tu camino al Calvario, pero doy por sentado lo que hiciste por mí ese día. Te he visto tantas veces en tu Vía Crucis que me he vuelto algo inmune a lo que hiciste por nosotros. Aviva en mí el fuego de la empatía y ayúdame a recorrer las próximas ocho estaciones realmente a tu lado... y no ser un mero espectador...

 

Padre nuestro, que estás en el cielo...

Ave María, llena de gracia...

Gloria al Padre y al Hijo...

 

 

Lectura normal del Evangelio del día: Juan 8:51-59:

cristian.art

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