Amado Señor, te doy gracias por todo lo sucedido durante el camino de este día. El final del día ya casi está aquí con la presencia de esta noche. Te agradezco que me hayas mantenido saludable desde que me levanté hasta ahora, ya que este día que me concediste ha sido de gran ayuda.
Mis pensamientos y mis fuerzas están en ti, Padre mío, por eso esta noche quiero alabarte genuinamente, ofreciéndote todo lo que tengo para tu gloria, Señor. Eres más que bueno, bendito y alabado seas por siempre.
Señor, aleja de mí el mal, todo peligro y todos los planes maliciosos del enemigo que perturbarían mi sueño y cambiarían mi descanso. Busco refugio en tu diestra fuerte, Dios bendito, para ser protegido del mal por tu sangre impagable.
Agradezco, Santo Padre, los momentos agradables que pasé con quienes me guiaron y enseñaron en este día particular. Me ayudaron a convertirme en una mejor persona en términos de amistad, amor y hermandad. Pude apreciar tu increíble creación y saber que Tú tienes todo esto listo con inmenso amor por mí.
Amén.
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