Maria y José, padres de Jesús, ustedes son mi modelo a seguir en mi vida cristiana, pues con su ejemplo y guia, me abren el camino al cielo. Como ustedes, quiero abrir el camino de santidad a los míos, especialmente a mis hijos. Por eso, les pido que me ayuden en la tarea de guiarlos por la senda del Evangelio, para que atraviese su corazón y sus pensamientos y sean unos buenos hijos de Dios. Que sus mentes siempre estén iluminadas por la luz del Espíritu Santo para que sigan el camino que Dios ha diseñado para ellos. María y José, concédannos la gracia de que como padres seamos capaces de transmitirles siempre la verdad, su vocación, su compromiso cristiano, darles una formación acorde con los principios de Jesús. Dénnos de su sabiduría de Padres para comprenderlos siempre, para escucharlos con amor y con paciencia, de hablarles con delicadeza, de corregirles con generosidad, de ser amable con ellos, de enseñarles con finura. Ayudénme, María y José, padres de Jesús, a seguir vuestro ejemplo de humildad y sencillez para educar a mis hijos, que siempre encuentre el tiempo para darles lo mejor de mí, de no negarles mi corazón.
Gracias por abrirme el camino al cielo que con amor, esfuerzo e imperfección intento seguir.
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