Ven Jesús a calmar mis tormentas, aquellas que llegan inesperadamente y me quitan la paz y la alegría.
Tormentas de faltas de salud, de situaciones difíciles en mi familia, en mis emociones, en mi economía, aquellas que logran que aparezca la incertidumbre y ella golpee con fuerza mi fe.
Hazte presente para abrazarme, protegerme y devolverme la confianza en que Tú, todo lo puedes.
Tormentas de desesperanza en las crisis que como fuego queman mi interior y me sumergen en dolor y desconfianza de tu poder.
No permitas Jesús que el dolor venza, la falta de confianza en Ti me derrumbe y haz que con tu Señorío, vuelva la paz, la salud, la calma.
Ante Tí, las tormentas enmudecen, la salud se recupera y los milagros suceden.
Contigo la luz vuelve a brillar y la esperanza resurge.
No tardes en responder, corro a tus pies porque pareces dormir, mas no lo haces sino que es mi ansiedad y apremio que me desequilibra y quiebra.
Señor de la calma y la salud.
Protector Soberano de nuestras vidas, ven a calmar nuestras tormentas.
Amén.
Pide a Jesús la confianza absoluta en medio de tus tormentas y no dudes, que Él...puede.
Autor: Teresita M. Feyuk