Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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ACI prensa

La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

lunes, 30 de junio de 2025

ORACIÓN EN MEDIO DE LAS TORMENTAS DE LA VIDA

Ven Jesús a calmar mis tormentas, aquellas que llegan inesperadamente y me quitan la paz y la alegría.

Tormentas de faltas de salud, de situaciones difíciles en mi familia, en mis emociones, en mi economía, aquellas que logran que aparezca la incertidumbre y ella golpee con fuerza mi fe.

Hazte presente para abrazarme, protegerme y devolverme la confianza en que Tú, todo lo puedes.

Tormentas de desesperanza en las crisis que como fuego queman mi interior y me sumergen en dolor y desconfianza de tu poder.

No permitas Jesús que el dolor venza, la falta de confianza en Ti me derrumbe y haz que con tu Señorío, vuelva la paz, la salud, la calma.

Ante Tí, las tormentas enmudecen, la salud se recupera y los milagros suceden.

Contigo la luz vuelve a brillar y la esperanza resurge.

No tardes en responder, corro a tus pies porque pareces dormir, mas no lo haces sino que es mi ansiedad y apremio que me desequilibra y quiebra.

Señor de la calma y la salud.

Protector Soberano de nuestras vidas, ven a calmar nuestras tormentas.

Amén.

Pide a Jesús la confianza absoluta en medio de tus tormentas y no dudes, que Él...puede.

Autor: Teresita M. Feyuk



Ven, sígueme


Cuanto más te separes de las cosas de la tierra, más te acercarás a las del cielo y más encontrarás las riquezas de Dios.

El que sabrá morir a todo, encontrará vida en todo.

Apártate del mal, haz el bien, busca la paz (Sl 33,14).

El que se queja o murmura no es nada perfecto, ni tan sólo buen cristiano.

Es humilde el que se esconde en su propia nada y sabe abandonarse a Dios.

Es pacífico el que sabe soportar al prójimo y soportarse a sí mismo.

Si quieres ser perfecto, vende tu voluntad y dala a los pobres de espíritu, después vuélvete hacia Cristo para obtener de él la suavidad y la humildad, y síguele hasta el Calvario y el sepulcro.

 

  San Juan de la Cruz (1542-1591)
carmelita descalzo, doctor de la Iglesia
Avisos y máximas 169-175,evangelizo.org

Oración por las almas del purgatorio

 


Esposas muy queridas del Señor que, encerradas en la cárcel del purgatorio,  sufrís indecibles penas careciendo de la presencia de Dios  hasta que os purifiquéis —como el oro en el crisol—,  de las reliquias que os dejaron las culpas. 

¡Con cuánta razón desde aquellas voraces llamas  clamáis a vuestros amigos pidiendo misericordia!  Yo me compadezco de vuestro dolor  y quisiera tener caudal suficiente para satisfacer por vosotras a la justicia divina. 

 Pero, siendo más pobre que vosotras mismas, 

apelo a la piedad de los justos, 

a los ruegos de los bienaventurados, 

al tesoro inagotable de la Iglesia, 

a la intercesión de María Santísima 

y el precio infinito de la Sangre de Jesucristo. 

Concédeles, Señor, a esas pobres almas  el deseado consuelo y descanso.

Pero confío también, almas agradecidas, que tendré en vosotras poderosas medianeras que me alcancen del Señor gracia con que deteste mis culpas, adelante en la virtud, sojuzgue mis pasiones 

y llegue a la eterna bienaventuranza 

por toda la eternidad.  

Amén

Unidos al Corazón de María 

domingo, 29 de junio de 2025

Granito de arena de Esperanza...San Pedro y San Pablo

“Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.”

San Pedro y San Pablo fueron transformados por el mismo Corazón divino. Ambos vivieron y murieron por el Amor que los amó primero.


Ss. Pedro y Pablo, Apóstoles.

«La pasión de los muy bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo ha hecho sagrado este día para nosotros. No estamos hablando de mártires desconocidos. Por toda la tierra salió su sonido y sus palabras llegaron hasta los confines del orbe de la tierra. Estos mártires vieron lo que anunciaron, siguieron la equidad confesando la verdad y muriendo por ella.»

San Agustín, sermón 295 [En el natalicio de los Apóstoles Pedro y Pablo]

 

SAN PEDRO APÓSTOL 

 "Domine, ad quem ibimus? Verba vitae aeternae habes". (Ioh VI, 68) «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna».

 


 SAN PABLO APÓSTOL 

"Bonum certamen certavi, cursum consummavi, fidem servavi". (II Tim IV, 7) «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe».

 

¡Animo! Tú... puedes. -¿Ves lo que hizo la gracia de Dios con aquel Pedro dormilón, negador y cobarde..., con aquel Pablo perseguidor, odiador y pertinaz? (Camino, 483)San Josemaría 



Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia

En este Año Santo nos os hemos invitado a cumplir, materialmente o en espíritu y por la intención, un peregrinaje a Roma, al corazón de la Iglesia católica. Con todo, es demasiado evidente que Roma no constituye el término de nuestro peregrinaje en el tiempo. Ninguna ciudad santa de aquí abajo es nuestra meta. Ésta está oculta más allá de este mundo, en el corazón del misterio de Dios, todavía invisible para nosotros... Para los apóstoles Pedro y Pablo, Roma ha sido este término, donde los santos han derramado su sangre como último testimonio.
 
La vocación de Roma estriba de los apóstoles; el ministerio que nos toca ejercer desde aquí es un servicio a favor de la Iglesia universal e incluso de toda la humanidad. Es un servicio irremplazable, ya que, según el beneplácito de su sabiduría, Dios colocó Roma, la ciudad de Pedro y de Pablo en el itinerario que conduce a la Ciudad Eterna, porque confió a Pedro las llaves del Reino de los cielos. Pedro unifica en su persona el colegio de todos los obispos. Lo que queda aquí en Roma, no por la voluntad del hombre, sino por una providencia libre y misericordiosa del Padre, del Hijo y del Espíritu, es la “solidez de Pedro”, como la define San León Magno: Pedro no cesa de ocupar su sede; conserva una participación plena en el ministerio de Cristo, Soberano Pontífice. La estabilidad propia de la piedra que él ha recibido de la piedra angular que es Cristo (1Cor 3,11), una vez establecido como Pedro-Piedra, (Mt 16,16) la transmite a todos sus sucesores.

 San Pablo VI
papa 1963-1978
Exhortación sobre la alegría cristiana, l975

 

sábado, 28 de junio de 2025

Las virtudes de la bienaventurada Virgen





Durante la misa en la que Gertrudis debía comulgar, vio a la gloriosa Madre del Señor maravillosamente adornada con el resplandor de todas las virtudes. Postrándose humildemente a sus pies, el alma se puso a rezar pidiéndole prepararla para recibir el Cuerpo y la Sangre santísimos de su Hijo. La bienaventurada Virgen entonces le posó sobre el pecho un bellísimo collar con siete espigas, cada una plena de piedras preciosas.


Esto simbolizaba las principales virtudes por las que la Virgen había agradado al Señor. La primera espiga con las piedras preciosas figuraba su llamativa pureza; la segunda, su fecunda humildad; la tercera, sus fervientes deseos; la cuarta, su luminoso conocimiento; la quinta, su amor inextinguible; la sexta, su soberana alegría; la séptima, su inalterable paz. Así, cuando el alma se presentó a la mirada de Dios, adornada con este collar, el Señor estuvo tan encantado y cautivado por la belleza de estas virtudes, que como embelesado de amor, se inclinó hacia ella con toda la potencia de su divinidad. ¡Oh maravilla! La atrajo enteramente hacia Él y tomándola tiernamente sobre su corazón, le prodigó afectuosas caricias. (…)

 
El Espíritu Santo, como una brisa ligera, parecía venir del Corazón del Señor y, con su suavísimo soplo, pasó con dulzura sobre las siete espigas con piedras preciosas del collar portado por el alma. Las piedras hacían de instrumento musical, para cantar una antífona a la alabanza de la Santísima Trinidad. 

 

  Santa Gertrudis de Helfta (1256-1301)
monja benedictina
El Heraldo, IV (SC 255. Œuvres spirituelles, Cerf, 1978), trad. sc©evangelizo.org

Consagración diaria al Inmculado Corazón de María



Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía!

Yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo Oh Madre de bondad, guardame y defiéndeme como pertenencia y posesión tuya.

Amén 

¡Oh María!⠀

«Oh María; transforma mi corazón como el tuyo; colócale alrededor una corona de pureza adornada con virtud; toma mi corazón querida Madre consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre como una ofrenda de mí para ti.

Ayúdame, oh María, en hacer tu corazón más conocido cada día.»

 


Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón, para ver las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi mente, para conocer las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica todo lo que yo piense, diga y haga para que todo sea para la gloria de Dios.

Amén 


𝐀𝐥𝐦𝐚 𝐝𝐞 𝐂𝐫𝐢𝐬𝐭𝐨

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. 
Amén.


Oración al Ángel de la Guarda

Ángel de Dios, mi guardián, a quién la bondad del Padre Celestial me confía, ilumíname, protégeme y guíame ahora y por siempre.

Amén 


Oración a La Señora de todos los Pueblos

Señor Jesucristo,
Hijo del Padre,
manda ahora tu Espíritu
sobre la tierra.
Haz que el Espíritu Santo
habite en el corazón de todos los pueblos,
para que sean preservados de la corrupción,
de las calamidades y de la guerra.
Que la Señora de Todos los Pueblos,
la Santísima Virgen María,
sea nuestra Abogada.
Amén 

viernes, 27 de junio de 2025

"Las delicadezas del Corazón del Señor"

 La plenitud de Dios se nos revela y se nos da en Cristo, en el amor de Cristo, en el Corazón de Cristo. Porque es el Corazón de Aquel en quien habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente. Por eso, si se pierde de vista este gran designio de Dios —la corriente de amor instaurada en el mundo por la Encarnación, por la Redención y por la Pentecostés—, no se comprenderán las delicadezas del Corazón del Señor (Es Cristo que pasa, 163).

Tengamos presente toda la riqueza que se encierra en estas palabras: Sagrado Corazón de Jesús. Cuando hablamos de corazón humano no nos referimos sólo a los sentimientos, aludimos a toda la persona que quiere, que ama y trata a los demás. Y, en el modo de expresarse los hombres, que han recogido las Sagradas Escrituras para que podamos entender así las cosas divinas, el corazón es considerado como el resumen y la fuente, la expresión y el fondo último de los pensamientos, de las palabras, de las acciones. Un hombre vale lo que vale su corazón, podemos decir con lenguaje nuestro.

Al corazón pertenecen la alegría: que se alegre mi corazón en tu socorro; el arrepentimiento: mi corazón es como cera que se derrite dentro de mi pecho; la alabanza a Dios: de mi corazón brota un canto hermoso; la decisión para oír al Señor: está dispuesto mi corazón; la vela amorosa: yo duermo, pero mi corazón vigila. Y también la duda y el temor: no se turbe vuestro corazón, creed en mí. (Es Cristo que pasa, 164)

En la fiesta de hoy hemos de pedir al Señor que nos conceda un corazón bueno, capaz de compadecerse de las penas de las criaturas, capaz de comprender que, para remediar los tormentos que acompañan y no pocas veces angustian las almas en este mundo, el verdadero bálsamo es el amor, la caridad: todos los demás consuelos apenas sirven para distraer un momento, y dejar más tarde amargura y desesperación.

Si queremos ayudar a los demás, hemos de amarles, insisto, con un amor que sea comprensión y entrega, afecto y voluntaria humildad. Así entenderemos por qué el Señor decidió resumir toda la Ley en ese doble mandamiento, que es en realidad un mandamiento solo: el amor a Dios y el amor al prójimo, con todo nuestro corazón (Es Cristo que pasa, 167). San Josemaría

opusdei 


 

Madre del Perpetuo Socorro

¡Santísima Virgen María, que para inspirarme confianza habéis querido llamaros Madre del Perpetuo Socorro! Yo os suplico me socorráis en todo tiempo y en todo lugar; en mis tentaciones, después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de la vida y, sobre todo, en el trance de la muerte. Concédeme, ¡oh amorosa Madre!, el pensamiento y la costumbre de recurrir siempre a Vos; porque estoy cierto de que, si soy fiel en invocaros, Vos seréis fiel en socorrerme. Alcanzadme, pues, la gracia de acudir a Vos sin cesar con la confianza de un hijo, a fin de que obtenga vuestro perpetuo socorro y la perseverancia final. Bendecidme y rogad por mí ahora y en la hora de mi muerte. 
Así sea.
 
¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Rogad a Jesús por mí, y salvadme.
 
 

Pues del Perpetuo Socorro
Tierna Madre te aclamamos,
Haz, ¡oh Madre!, que sintamos
Tu perpetua protección.
 
 

Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús

 “Yo reinaré a pesar de mis enemigos y a pesar de todo”. 
(Nuestro Señor a Santa Margarita María de Alacoque.)
 

La Iglesia universal celebra hoy, 27 de junio, la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús por pedido explícito del mismo Cristo, revelado de manera particular a Santa Margarita María de Alacoque (1647-1690). El Papa San Juan Pablo II señaló que “esta fiesta recuerda el misterio del Amor que Dios alberga por los hombres de todos los tiempos”.
Por ser fiesta de primera clase, de acuerdo a la reforma litúrgica del Papa San Juan XXIII, la celebración del Sacratísimo Corazón de Jesús posee rango de ‘Solemnidad’  Seguir leyendo:  ACI Prensa
 
 


 

«He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de ellos no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor».
 


 
 
 «Oh Corazón de amor, en ti pongo toda mi confianza, temo mis debilidades y fracasos, pero tengo esperanza en tu Divinidad y Bondad». – Santa Margarita María Alacoque.
 
  

Corazón Amigo, corazón herido,corazón de Cristo Jesús,yo confío en ti. 
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