"Tenemos sólo cortos momentos para trabajar en la gloria de Dios. El demonio lo sabe y es por eso que trata de hacernos perder el tiempo en cosas sin sentido.
Oh, ¡no perdamos el tiempo! ¡Salvemos almas!, seamos apóstoles…, salvemos sobre todo las almas de los sacerdotes. Esas almas debieran ser más transparentes que el cristal…
Las almas están cayendo en el infierno, innumerables como los copos de nieve de un día invernal. ¡Jesús llora! En lugar de consolarlo estamos rumiando nuestras propias penas.
Hay una sola cosa que hacer durante el breve día, o en la noche de esta vida: ¡Amar a Jesús con toda la fuerza de nuestro corazón y salvar almas para Él, para que pueda ser amado!".
Santa Teresa de Lisieux
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