𝐀𝐌𝐀𝐃𝐎 𝐉𝐄𝐒Ú𝐒,
escondido en el Santísimo Sacramento
del altar, en esta luminosa mañana de
jueves me postro ante ti con un
corazón lleno de fe, amor y reverencia.
Te contemplo en el silencio sagrado
de la Eucaristía, donde tu presencia
viva y real ilumina mi alma y
disipa las sombras de mi camino.
Que este momento de adoración
me una más íntimamente a tu Sagrado
Corazón, fortalezca mi espíritu para
seguir tus enseñanzas y me inspire a
llevar tu paz y bondad a todos
los que encuentre hoy. Oh Jesús
Sacramentado, fuente de toda gracia,
haz que mi vida sea un reflejo de
tu amor eterno y que cada latido de
mi corazón sea un acto de adoración
perpetua ante ti.
𝐀𝐌é𝐍
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