𝐄𝐧 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐝í𝐚𝐬…
El Carpintero enseñaba a rezar a Dios.
Y hablaba con Dios cara a cara.
Y miraba con sus ojos, los ojos de Dios.
Y con Dios reía.
Y Dios se dormía en sus brazos.
Y Dios despertaba con su beso.
Y Dios comía de su mano.
Y oraba a Dios y le cantaba teniéndole en sus rodillas.
Con sus manos tocaba a Dios y llevaba a Dios de la mano.
Jugaba con Dios y Dios era feliz con él.
Y ni en la Gloria había más gloria que en la casa de José.
𝐒𝐀𝐍 𝐉𝐎𝐒É, padre adoptivo de Jesús, rogad por nosotros.
𝐀𝐌é𝐍
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma