𝐕𝐢𝐫𝐠𝐞𝐧 𝐲 𝐌𝐚𝐝𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝐃𝐢𝐨𝐬!
Tu nombre es melodía para los oídos,
bálsamo para los corazones y fuente
de esperanza para los necesitados.
En tu nombre, oh María, encontramos
refugio y consuelo, pues eres la Madre
de la misericordia y la Reina del cielo.
Te suplicamos, Virgen Santísima,
que por la virtud de tu Santo Nombre,
nos alcances de tu Divino Hijo
la gracia de vivir en su amor y cumplir
su santa voluntad.
Protege a tus hijos, guía nuestros pasos
y líbranos de todo mal, para que,
alabando tu Dulce Nombre en la tierra,
podamos cantarlo eternamente
en el cielo.
𝐀𝐌é𝐍.
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