Acompáñame en la vida. Tu presencia necesito. QUÉDATE, SEÑOR, CONMIGO.
Señor,
dame la gracia no de buscar hacer grandes cosas, sino de transformar
las pequeñas acciones de cada día con el amor más grande que mi corazón
pueda ofrecer.
QUÉDATE, SEÑOR, CONMIGO
(Plegaria del Padre Pío para después de la comunión)
Has venido a visitarme,
como Padre y como Amigo.
Jesús, no me dejes solo.
¡Quédate, Señor, conmigo!
Por el mundo envuelto en sombras
voy errante peregrino.
Dame tu luz y tu gracia.
¡Quédate, Señor, conmigo!
En este precioso instante
abrazado estoy contigo.
Que esta unión nunca me falte.
¡Quédate, Señor, conmigo!
Acompáñame en la vida.
Tu presencia necesito.
Sin Ti desfallezco y caigo.
¡Quédate, Señor, conmigo!
Declinando está la tarde.
Voy corriendo como un río
al hondo mar de la muerte.
¡Quédate, Señor, conmigo!
En la pena y en el gozo
sé mi aliento mientras vivo,
hasta que muera en tus brazos.
¡Quédate, Señor, conmigo!
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