Santa Brígida (+1373), la gran mística, en sus Revelaciones, dice que un día le dijo la Virgen María: “José me sirvió tan fielmente que jamás oí de su boca una sola palabra de lisonja ni de murmuración ni de ira, pues era muy paciente, cuidadoso en su trabajo y, cuando era necesario, suave con los que reprendía, obediente en servirme, pronto defensor de mi virginidad, fidelísimo testigo de las maravillas de Dios. Igualmente, estaba tan muerto al mundo y a la carne que no deseaba más que las cosas celestiales”. https://x.com/unseglar
Santa Teresita del Niño Jesús dice en su Autobiografía: “Rogué a san José que fuese mi custodio. Desde mi infancia había sentido hacia él una devoción que se confundía con mi amor a la Santísima Virgen. Con esto emprendí sin miedo mi largo viaje. Iba tan bien protegida que me parecía imposible tener miedo”.
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