“Una sola lágrima derramada en el recuerdo de la Pasión de Jesús vale más que una peregrinación a Jerusalén, o un año de ayuno a pan y agua. Sí, porque era para este fin que nuestro Salvador sufrió tanto, con el fin de que pensemos en sus sufrimientos.” San Agustín.
«Somos la oscuridad, y Él es clarísimo resplandor; somos la enfermedad, y Él es salud robusta; somos la escasez, y Él la infinita riqueza; somos la debilidad, y Él nos sustenta, porque siempre eres, oh Dios mío, nuestra fortaleza». San Josemaría Escrivá
Fuente: https://x.com/UniCatolicos_es
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