Vayan a la santa comunión cada vez que la bondad d Dios lo permite. “No me atrae para nada”, dicen. Oh, no importa, no dejen de ir. Es Dios que las llama. No hay remedio más eficaz contra las enfermedades de nuestras almas. Es con la santa comunión que tenemos que fortificarnos, a ella decir nuestras penas, ya que es ahí que está el verdadero médico que sabe los remedios convenientes. Es ahí que tenemos que ir para estudiar el amor, el sostén mutuo, la cordialidad, el ejemplo del prójimo y todas las otras virtudes que nos son necesarias.
Hijas mías, vayan cuando Jesucristo las llama, no miren si son portadas por una atracción o gusto sensible. Su enemigo ensayará con todo su poder para impedir que se acerquen, con el fin de frustrar las gracias que Dios quiere darles, para hacerlas entrar en la práctica de las divinas virtudes de su Hijo.
San Vicente de Paúl (1581-1660)
presbítero, fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad
Conversaciones con las Hijas de la Caridad, 22 octubre 1646 (Entretiens aux Filles de la Charité, IX, Gabalda), trad. sc©evangelizo.org
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