Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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miércoles, 21 de junio de 2023

Un ayuno agradable a Dios

Más de una persona no puede ayunar, otros penan para hacer su oración mañana y tarde. ¿Podrán salvarse ya que es necesario rezar continuamente y hacer buenas obras para llegar al cielo? Mis hermanos, como nuestras buenas obras se reducen a la oración, ayuno y limosna, podemos fácilmente realizar todo eso, como lo veremos. (…)
 
Practicamos un ayuno agradable a Dios, cada vez que nos privamos de algo que nos da placer. El ayuno no consiste en la privación del beber o el comer, sino de lo que nos halaga más el gusto. Algunos pueden mortificarse en la forma de estar cómodos, otros en las visitas que quieren hacer a los amigos que les gusta ver, otros en las palabras o discursos que les gusta hacer. Realiza un gran ayuno muy agradable a Dios el que combate su amor propio, su orgullo, su repugnancia a hacer lo que no le gusta o su no querer estar con personas que contrarían su carácter, sus formas de actuar. (…) Sí, mis hermanos, si queremos, no sólo encontraremos cómo practicar cada día el ayuno, sino a cada instante de la jornada.
 
Díganme, ¿existe un ayuno más agradable a Dios que hacer y sufrir con paciencia ciertas cosas que frecuentemente les desagrada mucho? Sin hablar de enfermedades, discapacidades y otras aflicciones inseparables de nuestra miserable vida, tenemos ocasiones de mortificarnos sufriendo lo que nos molesta o repugna. (…) Bueno, mis hermanos, si sufrimos todo eso por el Buen Dios, únicamente para complacerlo, es el ayuno más agradable a Dios y de más mérito.
 
 
San Juan María Vianney (1786-1859)
presbítero, párroco de Ars
Sermón para el 7º Domingo después de Pentecostés (Sermons de Saint Jean Baptiste Marie Vianney, Curé d'Ars, II, Ste Jeanne d'Arc, 1982), trad. sc©evangelizo.org

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