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miércoles, 13 de septiembre de 2023

Felices los pobres, los hambrientos, los que lloran

Lucas 6:20-26  
Reflexión sobre el cuadro

La versión de Lucas de las bienaventuranzas es contracultural, por lo que nos sentimos algo incómodos cada vez que aparece esta lectura del Evangelio. Jesús declara "felices" a los que son pobres, tienen hambre y lloran. Declara desgraciados a los que son ricos, están saciados y ríen. No es así como la sociedad ve las cosas. De hecho, las bienaventuranzas son todo lo contrario de lo que pensaría la mayoría de la gente en la mayoría de las culturas: el éxito, la risa, la plenitud se presentan como lo que debemos buscar en la vida.

De ahí que haya algo chocante en estas bienaventuranzas y ayes. Jesús no está diciendo que la pobreza sea una bendición en sí misma. Lo que dice es que los pobres son bendecidos porque Dios actuará para transformar su situación. Es la situación de vulnerabilidad la que crea un espacio para que Dios actúe. Cuando miramos atrás en nuestras vidas, podemos ver que a menudo es nuestra necesidad la que nos abre a Dios. Cuando somos pobres, tenemos hambre y lloramos, esos son los momentos en los que es más probable que experimentemos la cercanía de Dios y su ayuda, al sentir que dependemos de Él. Jesús nos llama a buscar siempre esa dependencia de Él y a estar abiertos a su presencia transformadora.

Eustache Le Sueur pintó las ocho Bienaventuranzas, las cualidades ideales que Jesús identificó, para la capilla privada de la casa parisina de su mecenas Guillaume Brissonnet. Esta personificación de la mansedumbre, pintada en 1650, formaba parte de esa serie y acompañaba a un retablo de la Anunciación. Las Bienaventuranzas, con su fondo de oro estampado, revestían la franja inferior de este retablo. Aquí, la personificación de la Mansedumbre (una de las Bienaventuranzas del Evangelio de Mateo), apropiadamente acompañada por un cordero, encarna las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña: "Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra."

by Padre Patrick van der Vorst



Mansedumbre,
Pintura de Eustache Le Sueur (1616-1655),
Pintado en 1650,
Óleo sobre tabla
© Instituto de Arte de Chicago, Colección Charles H. y Mary F. S. Worcester

 

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