Desde hoy, la Iglesia ofrece una gracia inmensa: la indulgencia plenaria por los difuntos durante los ocho primeros días de noviembre.
Un tesoro que muchos desconocen y que expresa la comunión de los santos.
1 Cada día, del 1 al 8 de noviembre, los fieles pueden obtener una indulgencia plenaria aplicable solo a las almas del purgatorio.
2 Para ello basta visitar un cementerio y orar —aunque sea mentalmente— por los difuntos, con espíritu de fe y caridad.
3 Además, deben cumplirse las condiciones habituales:
Confesión sacramental,
Comunión eucarística,
Oración por las intenciones del Papa,
Desapego total del pecado, incluso venial.
4 Si falta alguna de estas condiciones, la indulgencia será parcial. Pero no olvidemos: todo acto de amor hacia los difuntos tiene valor ante Dios.
5 Esta práctica es un signo de esperanza. Quien ama no olvida. Al visitar los cementerios, la Iglesia se arrodilla ante la vida eterna.
