Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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ACI prensa

La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

lunes, 30 de agosto de 2010

A la vera del camino



Cada ser humano, de una raza o de otra, con o sin pasaporte, sano o enfermo, rico o pobre, tiene su nombre escrito en el corazón de Dios.
A la vera del camino
A la vera del camino



Un empresario triunfa. Otros fracasan. Un ingeniero asciende. Otros quedan marginados, quizá no llegan nunca a poner en práctica sus conocimientos. Un matrimonio “luce” entre familiares y amigos. Otros esposos quedan abandonados en una situación de pobreza extrema. Un hombre o una mujer conquistan los primeros lugares en las revistas del corazón. Otros hombres y mujeres viven carcomidos por frustraciones y angustias íntimas que nadie conoce.

A veces pensamos que así es la vida: una competición en la que unos destacan, vencen, gozan, mientras que otros (¿la mayoría?) quedan atrás, sucumben bajo el polvo de la enfermedad, de la pobreza, del desprecio (por errores reales o imaginados), de la depresión o la angustia.

En la gran marcha humana, miles y miles de seres humanos “aparcan” sus vidas a la vera del camino, como si no contasen, como si no fuesen importantes, como si sus cabellos (negros o blancos), sus rostros, sus arrugas o sus ojos tristes no tuvieran ningún lugar en una sociedad que exige, que impone, parámetros de belleza, de fuerza física, de bienestar económicos que pocos alcanzan.

Pero si nuestra mente sabe leer la realidad en su dimensión más rica y más completa, descubrirá que nadie vive a la vera del camino. Porque cada ser humano, de una raza o de otra, con o sin pasaporte, sano o enfermo, rico o pobre, tiene su nombre escrito en el corazón de Dios, vale infinitamente porque tiene su alma invitada a alcanzar el amor eterno.

Es a esta luz cuando descubrimos lo verdaderamente importante, lo noble, lo grande, entre los seres humanos. Porque no vale nada, para entrar en el Reino de los cielos, ganar puestos en Facebook o en las páginas de la prensa que dicen quién asciende y quién desciende.

Vale, en cambio, quien abre su espíritu al amor de Dios, quien se deja perdonar y perdona a su hermano, quien tiende la mano a quien se encuentra en la misma desgracia, quien descubre ese tesoro escondido (cf. Mt 13,44) por el que uno deja de lado las migajas de los aplausos humanos e invierte su corazón y toda su vida para llegar a poseerlo, ya en este mundo y, luego, para siempre, en el cielo.

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net

viernes, 27 de agosto de 2010

Recomenzar


¿Es posible mirar al futuro con esperanza cuando el presente aparece complicado y oscuro?

Recomenzar
Recomenzar

¿Es posible recomenzar después de un fracaso? ¿Es posible iniciar el esfuerzo de cada día en medio de una enfermedad dolorosa? ¿Es posible mirar al futuro con esperanza cuando el presente aparece complicado y oscuro?

La vida desgasta. El peso del pasado deja un lastre de polvo y de desilusiones que ahogan el corazón. Entonces el miedo y la desgana paralizan la voluntad y llegan incluso a oscurecer a la mente. No vemos nada claro, no encontramos ningún sentido a una nueva lucha, nos faltan fuerzas para tomar el arado y seguir adelante.

Algunas derrotas surgen desde circunstancias y decisiones de otros. Pero otras derrotas inician en lo más profundo de la propia alma. Hay generales con ejércitos bien armados que sucumben a la hora del combate porque la angustia ha penetrado en sus almas. Hay hombres y mujeres sanos que podrían traer cada día un salario limpio a sus hogares y que no llegan a levantarse de la silla para buscar, una vez más, un puesto de trabajo.

Recomenzar es posible siempre que vibre en el propio corazón un deseo, un proyecto, un propósito para conquistar nuevas metas, para llegar a objetivos deseados, para extirpar defectos y sembrar virtudes.


Para el cristiano, siempre es posible recomenzar. Porque existe un Dios que se interesa por cada uno de sus creaturas. Porque un Padre no deja de serlo tras el pecado de sus hijos. Porque Cristo vino precisamente no para los sanos, sino para los enfermos. Porque el Espíritu Santo actúa incesantemente en la historia humana, enciende fuegos en los inviernos más prolongados, fortalece a quienes yacen cansados en la vera del camino.

Recomenzar. Desde donde ahora me encuentro, con mis pocas fuerzas y mis muchas esperanzas, muy apoyado en la gracia de Dios. Recomenzar, consciente, como san Pablo, de que “todo lo puedo en Aquel que me conforta” (Flp 4,13).

Recomenzar, porque vale la pena un nuevo esfuerzo para ayudar a los míos, para servir al enfermo, para consolar al triste. Recomenzar, con un nuevo ímpetu que nos acerque a la Patria verdadera, donde podremos sentarnos un día, con miles y miles de hermanos nuestros, en el gran banquete de bodas del Cordero

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net

miércoles, 25 de agosto de 2010

PALABRAS DEL CIELO


CAMBIO
Ningún cambio es bueno si no es tomado con fe y con confianza en Mi guía y Mi provisión. Las circunstancias diferentes por sí mismas no dan seguridad al alma. Cuando confías solo en ellas pronto las dudas y temores llegarán a tu vida para interrumpir tu camino a la bendición. Recuerda las enseñanzas recibidas de los mayores que han sido antes de ti. No todo lo antiguo es malo ni todo lo nuevo es bueno. Medita en Mi Palabra y deja que ella penetre tu corazón y mente, permite que Mi Espíritu escudriñe las intenciones más profundas de tu ser y claramente mirarás tus motivaciones. En ellas encontrarás la clave del camino a seguir. Reconoce el miedo donde lo encuentres y recházalo. Te ofrezco Mi amistad que nunca te traicionará. Jesús
VIDA
¿Deseas la vida? ¿Deseas vivir bastante para ver lo bueno? Entonces siempre guárdate de hablar lo que es malo, cuídate de lo que dices con tu lengua, porque en ella está el poder de la vida y de la muerte. No repitas lo que el enemigo te susurra al oído y no hables y creas su engaño. Apartate hijo de todo lo que es malo y entiende que tus caminos son inclinados hacia lo que dicen tus labios. Siempre busca las sendas que te conduzcan a la paz de tu alma y camina en ellas. No te irrites fácilmente por cualquier cosa y deja que sea Yo el que vive en ti. Declara continuamente Mi Justicia y Mi salvación y estas te rodearán. Jesús

AMENAZAS
Cuando ya las amenazas de tus enemigos no te afecten para Seguirme. Cuando el dolor y la adversidad no te impidan hacer Mi voluntad. Cuando los elogios y las críticas no te muevan hacia la izquierda o hacia la derecha, ni adelante ni hacia atrás de Mí caminar. Cuando el brillo del falso oro que este siglo te ofrece ya no te deslumbra, entonces sabrás que aprendiste de Mí a estar muerto al mundo, a sus dolores, a sus victorias y a sus seducciones. Si ya has aprendido a vivir para Mi, es que encontraste el maná escondido, la vida, el gozo y la alegría que Yo te doy y que sólo de Mi proceden. Te bendigo. Jesús

www.encuentra.com

martes, 24 de agosto de 2010

LA MARIPOSA AZUL Y LOS REGALOS DE DIOS




Había una vez un viudo que vivía con sus dos hijitas. Las niñas hacían preguntas que el padre no sabía responder.
Deseoso de darles la mejor educación, las envió a casa de un sabio, que sabía todas las respuestas.
Las niñas inventaron una pregunta que el sabio no sabría responder. Una capturó una linda mariposa azul para engañarlo.
La escondería en sus manos y le preguntaría si estaba viva o muerta.
Si decía que muerta, abriría sus manos y la dejaría volar.
Si decía que viva, la apretaría y la aplastaría.
En todo caso, sería una respuesta equivocada.
Así lo hicieron. El sabio sonrió y respondió: "Depende de ti. Ella está en tus manos." Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro.
No debes culpar a nadie cuando algo falle: nosotros somos los responsables por lo que conquistamos o no conquistamos.
Nos toca a nosotros escoger que hacer con la mariposa azul que llevamos en nuestros corazones.

Envió: Juan Rafael Pacheco
www.encuentra.com


domingo, 22 de agosto de 2010

La carcajada


El que es feliz no necesita demostrarlo. El que no lo es, debe aparentarlo.
La carcajada
La carcajada


No siempre la carcajada es señal de felicidad. Muchas veces es la simple máscara de una tragedia. ¿Por qué? Porque la verdadera felicidad está hecha de algunos materiales muy concretos.

Está hecha de paz con Dios, de paz consigo mismo, de amor al prójimo. Quien tiene estos materiales no necesita aspavientos, no necesita carcajadas. Sabe, se siente, es feliz.

Ahora bien, esta felicidad, esta paz del corazón está muy amenazada. Está ahí el pecado en sus diversas formas que mata esa paz. Está el rencor que pudre el corazón del hombre y que arranca de cuajo cualquier señal de paz. Está el pesimismo, el desaliento, la desesperanza, que destruyen completamente esa tierra, ese jardín donde no puede crecer la tranquilidad y la paz.

¿Me considero un hombre, una mujer feliz? Si lo eres, ya sé por qué; no es casualidad, es porque has cultivado las flores de la felicidad. Tú has cultivado el amor a Dios, has cultivado el amor a tu prójimo, has cultivado la paz de la conciencia; por eso eres feliz.

El que es feliz no necesita demostrarlo. El que no lo es, debe aparentarlo. La carcajada suele ser una apariencia de felicidad.


Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net

miércoles, 18 de agosto de 2010

VIVE COMO LAS FLORES


Maestro, ¿qué debo hacer para no quedarme molesto? Algunas personas hablan demasiado, otras son ignorantes. Algunas son indiferentes. Siento odio por aquellas que son mentirosas y sufro con aquellas que calumnian.

¡Pues, vive como las flores! - advirtió el maestro.

¿Y qué es vivir como las flores? - preguntó el discípulo.

Pon atención a esas flores -continuó el maestro, señalando unos lirios que crecían en el jardín. Ellas nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas. Extraen del abono maloliente todo aquello que les es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos. Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden y te afecten. Los defectos de ellos son de ellos y no tuyos. Y si no son tuyos, no hay motivo para molestarse. Ejercita pues, la virtud de rechazar todo el mal que viene desde afuera.

El ayer es historia, el mañana es misterio y el hoy es un regalo. Por esa razón se llama "presente".

¡El cómo disfrutar el presente depende de ti!

web católica de Javier




martes, 17 de agosto de 2010

Salvados por una sonrisa


Para tantas personas un hombre que les ofrece una sonrisa es una auténtica tabla de salvación

En esos terribles momentos en los que personas perdidas estaban de pie en lo alto del abismo, pensando en lanzarse, una suave voz rompía el sonido del viento y el rugido de las olas: «¿Por qué no vienes y tomamos una taza de té?». Y al volverse, una sonrisa fue muchas veces su salvación.

Durante más de cincuenta años, un ángel protector se ha dedicado a vigilar un peñón en la entrada al puerto de Sidney, una plataforma rocosa considerada como uno de los más notorios lugares de suicidios en Australia (“The Gap”).

Don Ritchie, ahora con ochenta y tres años, se levanta todas las mañanas y lo primero que hace es echar un vistazo con sus prismáticos. Cuando ve a alguien de pie, demasiado cerca del borde, se apresura para llegar a su lado y le ofrece su ayuda: una sonrisa.

Según cuentas oficiales ha salvado a más de ciento sesenta personas que acudieron al lugar para suicidarse. Pero él no lleva cuenta personal: está siempre allí dispuesto a acercarse a todas esas personas desesperadas y ofrecerles una oportunidad. Y lo hace del mejor modo que puede: «Les sonrío».

No intenta asesorar, o dar consejo ni quiere entrometerse... Solamente les ofrece una cálida sonrisa y les invita a una taza de té en su casa. Y muchas veces le acompañan...

Ciertamente una sonrisa no salva a cualquiera - le ha tocado presenciar de cerca muchos suicidios -, pero Ritchie es un ejemplo claro de que no se puede minusvalorar su eficacia: una sonrisa puede hacer milagros.

Vivimos en una sociedad en la que a muchas personas les falta un sentido para vivir, en la que muchas veces experimentan la falta de cariño o no sienten que alguien les transmita ese amor que todo hombre necesita para vivir. Para tantas personas en esta situación, un hombre que se interesa por ellas, que quiere ayudarlas, que les ofrece una sonrisa... es una auténtica tabla de salvación.

Una sonrisa alivia el cansancio, renueva las fuerzas y es consuelo en la tristeza. Una sonrisa tiene valor desde el comienzo en que se da.

Estamos en tiempos de inventar o restaurar de nuevo las conferencias en silencio. Las conferencias en silencio son las buenas obras, y Ritchie nos da su conferencia silenciosa cada día. Si crees que a ti la sonrisa no te importa nada, sé generoso y da la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad de la sonrisa como quien no sabe sonreír.

Autor: Ignacio María Rubio, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org

lunes, 16 de agosto de 2010

“Canto a los niños mártires de Acosta Ñu”

Monumento a los “Niños

Monumento a los “Niños Mártires de Acosta Ñu”.

POESIA


(Por Marialuisa Artecona de Thompson)
I
El alma de la tierra paraguaya
guarda la sangre mártir de los niños
como un eco de himnos venturosos
que saludan los vientos y los trinos.

II
Acosta Ñu germina en los altares
de nuestra patria heroica y bendecida
que dio en el pulso de su infancia ilustre
símbolo inmenso de inaudito sueño.

III
El trompo de guayabo, dormitante,
quedó en la esquina del adobe manso
mientras la mano niña tomo aceros
para ensalzar la libertad de Mayo.

IV
En los contornos del paisaje ameno
Eusebio Ayala abraza esta memoria,
que cual grito de hierro y fuego vivo
nos entregó la lanza del martirio.

CANCIÓN

“Acosta Ñu”

(Letra y música de Emilio Biggi)

I
Allá en mi tierra, bordeando montes
se extiende el campo de Acosta Ñu.
Llanos floridos que su silencio
recuerda aquella “Guerra Guasu”;

II
Cruzan sus valles, viejas trincheras,
llenas de Gloria Tradicional
hasta el 70 se alzan las olas
de aquellos bravos del Paraguay.

III
Yo quisiera cantarte tu heroico pasado
la Gran Epopeya de un pueblo viril
pedacito de tierra color de esperanza
reliquia de gloria y honor guaraní.

IV
Jukyry va surcando sus valles dormidos
cual mudo testigo de su kurusu
y en cien luchas tenaces su cruel resistencia
tejieron los héroes de tu Acosta Ñu.

V
Pechos de acero y corazones escalonar py’aguasu
y hasta los niños su sangre joven
dieron en aras de Acosta Ñu
Niños y ancianos, todos cayeron
al juramento de “antes morir”
solo una cosa quedó en su puesto:
la raza heroica del Guaraní.

16 DE AGOSTO DE 1869

sábado, 14 de agosto de 2010

LA ASUNCION DE LA VIRGEN MARIA - 15 de Agosto


La Asunción es un mensaje de esperanza que nos hace pensar en la dicha de alcanzar el Cielo, la gloria de Dios y en la alegría de tener una madre que ha alcanzado la meta a la que nosotros caminamos.
Este día, recordamos que María es una obra maravillosa de Dios.
Concebida sin pecado original, el cuerpo de María estuvo siempre libre de pecado.
Era totalmente pura.
Su alma nunca se corrompió.
Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado.

Pintura: Óleo sobre tabla, 92,5 x 61,5 cm
http://museobellasartesvalencia.gva.es/ficha_obra.html?cnt_id=1871


viernes, 13 de agosto de 2010

Asunción de la Virgen María




El día 15 de agosto, es la solemnidad litúrgica de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma a los cielos. Venerado y profesado este misterio de la fe cristiana por el pueblo fiel durante siglos, en 1950 el Papa Pío XII lo proclamó como dogma de fe.



La fiesta de la Asunción significa que la Virgen María, al término de su peregrinación terrena y en virtud de su contribución a la historia de la salvación como Madre del Redentor, fue liberada por la gracia de Dios de la corrupción del sepulcro y su elevada en cuerpo y alma a los cielos, donde está y actúa como mediadora entre Dios y los hombres.

lunes, 9 de agosto de 2010

Dos oraciones diferentes


Perdona si no alcanzo a decirte algo más profundo y más sincero. Sé que me conoces y sabes que no llego a más.
Dos oraciones diferentes
Dos oraciones diferentes

Los frailes entraron, mientras anochecía, a la capilla. El calor era realmente intenso, hasta el punto de que el sudor corría por las frentes, las espaldas, los brazos y las manos.

En el fondo del ábside, un tabernáculo y un crucifijo. Dos frailes miraban al Sagrario con actitudes muy diferentes.

El primero musitaba en su corazón: “¿Qué hago aquí, encerrado en la capilla, cuando podría estar fuera, tomando el fresco? ¿Qué sentido tiene este sudor y este desasosiego? Ojalá pronto pase esta ola de calor y podamos estar más frescos.

En cierto modo, soy culpable de estar aquí, quejándome. Porque un día renuncié a una vida más cómoda y tranquila, porque quise vivir pobremente, porque soñé con seguir las huellas de Cristo y servir a los hombres mis hermanos.

Pero ahora me agobia este calor, hasta el punto de que no le encuentro sentido a estos momentos de encierro en una capilla, casi sin aire, con hábitos que resultan incómodos, con un cansancio profundo en mi corazón. ¿Será que he perdido el norte de mi vida? ¿O tendrán razón quienes dicen que yo, como tantos otros religiosos, somos unos seres fracasados e insensatos, que nos apartamos de los beneficios del progreso para escoger modos de vida irracionales?”

El segundo fraile sudaba como el primero, pero mantenía un diálogo muy diferente con Cristo presente en el Sagrario.

“Señor, otra vez me tienes aquí, ante Ti. Con mis pecados, con mis debilidades, con mi cansancio, con mis penas, con los sufrimientos de las personas que viven a mi lado o tal vez lejos. Pero es hermoso saber que me escuchas, que me consuelas, que me ayudas, que me levantas, que me perdonas.

Vale la pena este pequeño sacrificio que Te ofrezco por el mundo, por quienes sufren sin sentido, por quienes lloran sin consuelo, por quienes callan porque piensan que nadie les escucha, por quienes mueren y van a tu presencia.

Sé que mi oración es pequeña y pobre. Tú sabes que no tengo un corazón contemplativo. Pero quisiera que estos momentos, por encima del sudor y de las incomodidades, fueran una renovación de ese sí que te di, hace ya años, para seguirte, para estar contigo, para ayudar a mis hermanos, que son también tuyos.

Perdona si no alcanzo a decirte algo más profundo y más sincero. Sé que me conoces y sabes que no llego a más en estas circunstancias. Pero me alegra mucho ver que estás entre nosotros, que no abandonas a tu pueblo, que buscas al perdido, que perdonas al que cae por culpa del pecado.

Aquí me tienes. Dispón de mi vida, de mi tiempo, de mis ilusiones, de mi mente, de mi corazón, para lo que sea. Cuenta también con mis sudores, hoy en esta capilla, mañana en cualquier lugar donde me lleves.


Y permíteme que te diga, nuevamente, que Te quiero, quizá con un corazón cansado por el paso del tiempo, pero todavía con esa fuerza que Tú me das, para seguir adelante, al menos durante las próximas horas, en este camino maravilloso que recorro tras tus huellas”.

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net

miércoles, 4 de agosto de 2010

La correspondencia

SAN JUAN MARIA VIANNEY
Los afligidos que no podían ir a Ars escribiían al santo Cura, o hacían que otros escribiesen en su nombre. De aquí la voluminosa correspondencia que cada dos días recibía el párroco sobre su pequeña mesa de encina. La leía de corrido pero a veces no podía dar abasto. La mayor parte eran peticiones de consejo o de oraciones, confidencias dolorosas, clamores de angustia. Agobiado por no poder responderlas, confió éste cuidado a Catalina Lassagne, a los Rdos. Raymond y Toccanier y al hermano Atanasio; él les indicaba en qué sentido debían de responder y firmaba las cartas bajo su propia mano.

Se conservan dos cartas que escribió de su puño y letra, dirigidas a uno de sus primos, el hermano Chavolet, religioso en el Hospital de Lyon, que atravesaba una gran crisis de tentaciones.

Mi buen amigo, trazo éstas líneas a vuela pluma, para decirte que no te vayas, a pesar de todas las tentaciones que Dios permita que padezcas. ¡Ten valor! El cielo es sobradamente rico para ser tu galardón.

Considera que todos los males de éste mundo constituyen la herencia de los buenos cristianos. Tú sufres como un martirio. Mas ¡qué dicha ser mártir de la caridad! No desperdicies tan hermosa corona que sólo se le concede a unos cuántos.

“Bienaventurados los que sufren persecusión por mi amor”, nos dice Jesucristo, nuestro modelo. Adiós, mi queridísimo amigo. Persevera en éste camino que tan felizmente has comenzado; y nos volveremos a ver en el cielo.. (Carta del 25 de julio…)

…¡Ánimo, mi querido primo! ¡Pronto veremos éste hermoso cielo, y ya no habrá más cruces para nosotros! ¡Qué divina felicidad! ¡Ver al buen Jesús que tanto nos ha amado y que nos hará dichosos!… (17 de Mayo…)

Muchas de las cartas recibidas por el cura de Ars son muy emocionantes. Con un Santo que leía en los corazones, los corazones todos se atravían a expansionarse y exponían si falsa vergüenza, sus grandes o pequeñas miserias.

Luego publicaré cartas de las que recibía, aunque se conservan muy pocas, ya que el Cura de Ars, como dice el Rdo. Monnin,, rasgaba las cartas que comenzaban con frases laudatorias, incluso su hermana decía lo mismo, que sólo con leer la primera alabanza, dejaba la lectura y las tiraba. Me imagino que conservaba las que contenían peticiones de oración y Misas, que son las que se publican tanto con los libros de Francis Trochu, como de Catalina Lassagne.

Imagen: Escritorio de San Juan María Vianney, publicado en una edición de 1950 de el libro de Catalina Lassagne.
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